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El fotógrafo Fernando Moleres muestra la explotación infantil en 80 imágenes

El País

En medio del vestíbulo de la estación de Abando, en Bilbao, los viajeros de los ferrocarriles de Renfe y el metro se encuentran desde ayer con unas crudas imágenes en blanco y negro que muestran sin tapujos la explotación que sufren millones de niños en todo el mundo, desde los mineros de Colombia a los curtidores de Fez. La exposición El juego robado. Niños esclavos reúne 80 fotografías de Fernando Moleres (Bilbao, 1963) que formaron parte del Festival Internacional Photoespaña 2000.

Ciudades europeas

Photoespaña 2000, una iniciativa encaminada a crear una plataforma de renombre internacional para la fotografía y atraer a un público masivo, ocupó distintos escenarios de Madrid en los meses de junio y julio. Las fotos realizadas por Moleres en sus viajes ocuparon la estación de cercanías de Recoletos. Allí comenzó un recorrido que ha llevado las imágenes del fotógrafo bilbaíno por Castellón, Alicante y Valencia, entre otras ciudades. El juego robado. Los niños esclavos, inaugurada ayer, permanecerá hasta el 5 de octubre en la estación de Abando, por donde transitan cada día más de 40.000 personas.

Moleres captó los reportajes que dieron origen a la exposición en largos viajes por puntos de los cinco continentes en los que se encuentran los casos más extremos de explotación de menores.

En sus hermosas fotografías se pueden ver a los niños que sobreviven en los basureros de Guatemala, prostitutas de Filipinas, mineros de 10 años en los yacimientos de esmeraldas de Colombia, barberos de poco más de un metro de altura trabajando en la ciudad india de Jaipur, y pastores de Leshoto.

Pero la exposición refleja que también hay explotación infantil en las grandes ciudades europeas, como muestran las fotografías de niños mendigando en el metro de Londres. Son en muchos casos imágenes en las que se ven seres fuertes y adaptados a las condiciones más adversas, que logran sobrevivir con una sonrisa en el rostro. Moleres fotografió esas situaciones con el propósito de documentar "uno de los grandes problemas de nuestro tiempo" y alentar así el debate y la reflexión sobre la explotación a la que se somete a los niños.

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Los cálculos más recientes señalan que en la actualidad un centenar de millones de niños están envueltos en actividades fatigosas, peligrosas, mal pagadas y destructivas. "Las fotografías son un testimonio de la situación que vino muy bien a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para limar las peores formas de explotación infantil", señala Moleres.

La colección de fotografías viajará tras su exhicibión por otras estaciones de Renfe, en Santander, Logroño, y Andalucía.

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