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Paralizado desde marzo el inicio de las obras del parque invernal Xanadú

Vicente G. Olaya

Centro comercial

La construcción del parque de ocio invernal Xanadú 2000 en Arroyomolinos -una inversión de 20.000 millones de pesetas y que generaría 2.000 puestos de trabajo nuevos- lleva siete meses en el congelador. La empresa que encabeza la construcción de esta zona de esparcimiento dedicada a los deportes de invierno, Xanadú 2000, paralizó el pasado marzo el inicio de los trabajos de desbroce del terreno "a causa de la revisión del plan general de Arroyomolinos", según la entidad promotora.El vicepresidente y consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, que apoyó este gigantesco parque invernal con la compra de las 95 hectáreas necesarias para levantarlo, anunció en enero de 1999 que Xanadú iba a ser realidad en el otoño actual. En esa ocasión, Cortés estuvo acompañado de los promotores del proyecto, los británicos de la empresa Hyder. El consejero tuvo que reconocer ayer el retraso de los trabajos e indicó que si las obras no han comenzado es "un problema de la empresa privada".

"La Comunidad recalificó y adquirió los terrenos de Arroyomolinos para evitar que, si en algún momento no seguía adelante el proyecto original, el terreno quedase en manos privadas y pudiese ser destinado a otros fines", agregó Cortés. "Pero eso no significa ninguna desconfianza hacia los promotores, sino sólo una medida lógica de seguridad por parte de una administración pública", añade.

Por su parte, el director general de Calidad Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente, Ignacio López-Galiacho, manifiesta que los promotores aún no han presentado la "imprescindible calificación ambiental". "No sabemos qué incluye el proyecto. Desconocemos si van a gastar tres, mil o cien mil metros cúbicos de agua, si pretenden hacer una escuela de golf o unas pistas de esquí. Cuando recibamos la calificación, comenzaremos a estudiarla, y en tres o cuatro meses emitiremos nuestro informe. Hasta entonces", según anuncia López-Galiacho, "las obras no pueden comenzar".

El proyecto inicial incluía una cúpula de 16.000 metros cuadrados. En su interior se levantarían tres pistas de esquí de más de 200 metros, una zona para la práctica del snowboard, piscinas climatizadas, boleras, cines, hoteles y 8.500 plazas de aparcamiento.

Xanadú dice que la obra empezará después de aprobarse las infraestructuras del pueblo

Gómez Pozas afirma que los actuales promotores del proyecto invitaron recientemente a algunos miembros de la corporación de Arroyomolinos a visitar Atlanta (Estados Unidos). "Les mostraron un tipo de centro comercial, que es lo que ahora quieren de verdad instalar". Ni el Ayuntamiento ni Xanadú 2000 respondieron ayer a esta afirmación.Gómez considera que la elaboración de un nuevo plan general de urbanismo no impide el inicio de las obras, en contra de lo que afirma la empresa. "Cada vez que se modifica un plan general, no se paran todas las obras", indica.

La historia de Xanadú se remonta a 1998, cuando los responsables de la empresa británica Acer Snowmec presentaron el proyecto en el Ayuntamiento de Arroyomolinos. En diciembre de ese año, el consejero de Urbanismo, Luis Eduardo Cortés, firmó un convenio con la empresa para levantar las instalaciones. El Ayuntamiento aprobó las licencias necesarias de obras después de autorizar una modificación puntual de las normas subsidiarias que convertían 95 hectáreas de terreno público en suelo dotacional y deportivo. Cortés ofreció poco después una rueda de prensa en la sede de su consejería para anunciar la creación de 2.000 puestos de trabajo directos y otros 4.000 indirectos gracias al complejo. "Serán las mayores instalaciones de esquí de Europa", anunció.

El entonces alcalde de Arroyomolinos, Víctor Gómez, pidió, por su parte, la llegada del tren de cercanías para facilitar el acceso a Xanadú 2000. "Sería una torpeza no hacerlo", aseguró.

Por su parte, la asociación Ecologistas en Acción siempre se mostró contraria a las instalaciones. Ayer, un portavoz aseguró que "el proyecto está parado". "Este parque de ocio carece de procedimiento de declaración de impacto medioambiental, lo que es inconcebible, ya que su volumen es superior a los 3.000 metros cúbicos, volumen a partir del cual es necesario someter a este trámite cualquier infraestructura. Medio Ambiente lo eximió con el argumento de que estaba en suelo urbano, pero la recalificación fue a posteriori y, además, las instalaciones estarán en mitad del campo. Hay algo que no cuadra".

Según los ecologistas, es "el proyecto más absurdo jamás conocido en la región. ¿Cómo van a fabricar hielo para unas pistas de esquí con 40 grados en el exterior? Los Alpes cogen muy lejos".

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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