El Supremo ruso declara ilegal el espionaje de las comunicaciones en Internet
Los herederos del KGB acaban de perder la segunda batalla despúes de la absolución de Alexandr Nikitin, a quien los servicios secretos acusaron de traición a la patria. El Tribunal Supremo dictaminó que la orden 2339 del Ministerio de Comunicaciones -que permitía al Servicio Federal de Seguridad y a otros órganos de investigación espiar las comunicaciones electrónicas tanto a través de los busca como de los teléfonos de cualquier tipo y de Internet- es ilegal.Verdad es que esta nueva derrota de los servicios secretos rusos es sólo un pequeño triunfo de la democracia. La citada orden sólo venía a legalizar algo que ya se había convertido en práctica casi generalizada, por lo cual el dictamen del Supremo no cambiará nada: los servicios secretos seguirán espiando las conversaciones telefónicas y la correspondencia en Internet de la misma manera en que lo vienen haciendo desde hace mucho.
Fue Pável Netupski, un periodista de San Petersburgo, al que se le ocurrió recurrir al Supremo, estimando que la orden 2339 contradecía la ley y la Constitución. Esa orden, además de legalizar la práctica de espiar las comunicaciones, obligaba a las compañías de comunicaciones a instalar los equipos de espionaje.
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