Francia impone una Carta de Derechos de la UE laica

Los más de 60 parlamentarios y representantes de los 15 Gobiernos de la UE alcanzaron ayer los últimos acuerdos para pactar el texto de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, un documento en el que se recogen los derechos básicos comunes a los ciudadanos de la Unión. El último escollo superado ayer consistió en eliminar, por imposición francesa, una referencia a la "herencia religiosa" de la UE.En el preámbulo de la Carta, redactado hace dos semanas, se indicaba, entre otras cosas: "Inspirándose en su herencia cultural, humanista y religiosa, la Unión está fundada sobre los principios indivisibles y universales de la dignidad de la persona, la libertad, la igualdad y la solidaridad". El propio ministro francés de Asuntos Europeos, Pierre Moscovici, comunicó el lunes a los redactores del documento que Francia no suscribiría jamás ese texto, porque le obligaría a revisar su Constitución, que consagra la laicidad de la República Francesa.
La frase había sido incluida a petición de los europarlamentarios del Partido Popular Europeo, y sobre todo por deseo de los alemanes. Ante el veto francés, la frase fue modificada ayer con la siguiente fórmula: "Consciente de su patrimonio espiritual y moral, la Unión se funda sobre los valores indivisibles y universales de la dignidad humana".
En su última redacción, la Carta incluye otra modificación de gran calado para el futuro. En su artículo 51, donde se indica que los principios de la Carta contenidos también en la Convención Europea de Derechos Humanos tienen su mismo sentido y alcance, se ha añadido: "Esta disposición no impide el derecho de la Unión a acordar una protección más desarrollada". Con ello, los redactores de la Carta aluden a su confianza en que, en el futuro, pueda elaborarse un texto de mayor calado y fuerza jurídica asumible por todos los Estados miembros.
Por el momento, sin embargo, la Carta es un compendio "de los derechos mínimos aceptables por todos", como señaló ayer Álvaro Rodríguez Bereijo, ex presidente del Tribunal Constitucional español y representante del Gobierno de España en la elaboración del texto. Para Rodríguez Bereijo, la Carta tendrá "una fuerza política extraordinaria", con independencia de que el documento acabe siendo incorporado o no al Tratado de la UE. Ésa es precisamente una de las cuestiones que deben ser resueltas por los jefes de Gobierno en la cumbre europea de Niza (Francia) el próximo diciembre. Los jefes de Gobierno analizarán primero el documento en la cumbre del próximo mes en Biarritz.
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