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Reportero de local en Nashville

"La pasión del político Gore por investigar a fondo cada asunto y hacerse con todos los detalles procede de sus tiempos de reportero en este periódico", dice Frank Gibson, jefe de Política del Tennessean. Hace 25 años, Gibson fue compañero y amigo de Gore en la sección local del diario de Nashville, que, según dice, "era entonces más liberal que ahora, como casi todo en esta vida, incluido el Partido Demócrata".Gibson está en pleno cierre pero acepta de buen grado conversar con EL PAÍS sobre los tiempos de periodista de Gore. Pero con el cinismo del viejo profesional explica de inmediato sus razones. "Vamos a la calle", dice, "y así puedo fumar". Y es que en las instalaciones del Tennessean está prohibido hasta encender una cerilla.

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De pie en la puerta de este diario que vende cada día 180.000 ejemplares y 280.000 los domingos, encadenando cigarrillos, Gibson cuenta la anécdota del primer encargo que recibió Gore en el Tennessean. "Se le puso en la sección de necrológicas y enseguida recibió una llamada telefónica de una funeraria de Carthage diciendo que el célebre ginecólogo sueco Trebla Erog acababa de morir. Cuando Gore puso manos a la obra, recibió otra llamada diciendo que la esposa del doctor Erog había fallecido de una crisis cardíaca al ver el cadáver de su esposo. Gore escribía una necrológica conjunta cuando le llamó la policía para contarle que los dos hijos del matrimonio Erog habían muerto en un accidente de tráfico de camino a la funeraria. Gore salió disparado hacia el redactor jefe para decirle que aquello no era una necrológica, sino una historia de primera plana. Sonriendo, el redactor jefe le dijo: 'Al, pon el nombre Trebla Erog al revés'. Gore se cayó entonces del guindo. Era la tradicional broma de la redacción a los novatos".

Gore ha confirmado en alguna ocasión la veracidad de esa historia, añadiendo que aquella fue la primera lección que le dio el periodismo: "No te creas todo lo que te cuenten". Gibson afirma ahora que, superada la novatada, el hijo del senador Albert Gore se convirtió en un "buen periodista". Pero no cita como sus mejores trabajos los artículos de investigación sobre corrupción municipal en Nashville, sino su cobertura de un desfile de Navidad, en forma de diálogo entre el reportero y los personajes infantiles. "Es", dice Gibson, "el punto de vista más original que jamás he visto para resolver una tarea tan banal".

¿Había fumado Gore marihuana cuando escribió ese reportaje? La leyenda del Tennessean, jamás desmentida por el interesado, cuenta que Gore se fumó aquí más de un canuto con Gibson y otros colegas. El jefe de Política del Tennessean se ríe cuando se le pregunta por el asunto y dice: "No diré si lo hizo o no, pero si lo hizo no me parece ningún delito".

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