Reformar o disolver
Watkins es un moderado y ni él ni su organización, Oxfam International, defienden la disolución del FMI y del Banco Mundial, como los grupos más radicales que han acudido a Praga, bajo el paraguas de INPEG (Organización contra la Globalización Económica), que piden la voladura controlada de ambas instituciones. "Queremos que se reformen, no que se disuelvan". "Muchos países del Tercer Mundo dependen de los créditos del FMI o del Banco Mundial. Pero si no se reforman, lo que sucedió en Seattle, en Washington, o quizá aquí mismo pasado mañana, se repetirá en el futuro, cada vez a mayor escala",afirma Watkins. Menos comprensivos son la mayoría de los radicales del INPEG que rechazan todo diálogo y se preparan para calentar los cascos a los más de 11.000 policías que el Gobierno checo ha dispuesto para proteger la cumbre. "Queremos cerrar el FMI y el Banco Mundial", afirmó ayer Alice Dvorska, una portavoz del grupo. "Cualquier forma de diálogo lo único que hará será mejorar su imagen pública, y eso no entra en los planes que tenemos".
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