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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Jaén ¿paraíso interior?

Un domingo nos dirigimos, mi marido y yo, a Baños de la Encina ilusionados. Llevábamos años viéndola presidida por su magnífica fortaleza, destacando en la visión del horizonte y deseábamos conocerla. Camino del pueblo, todo bien, señalización de salida correcta desde la autovía. En la carretera comarcal, señalización regular. Llegados al pueblo, señalización fatal por inexistente. Optamos por coger una calle ascendente, había dos, y ya dentro del casco urbano sólo encontramos calles sin salida, mojones, escaleras...Ningún cartel aclaratorio ni indicativo de cómo se llegaba a la fortaleza o a sus palacios e iglesias. Decidimos dejar el coche donde buenamente pudiéramos, aunque más tarde comprobamos que se podía llegar a pie de fortaleza en vehículo. Descendimos por calles delimitadas por casas solariegas con blasonetes, rejerías suntuosas, abandonadas en gran parte a la incuria de los tiempos, con basura junto a sus fachadas.

Creíamos que la Oficina de Turismo nos informaría. Al llegar a la plaza del Ayuntamiento vimos los carteles que andábamos buscando. Al parecer ya era tarde. A las 10.30 de un soleado día festivo de últimos de verano, la oficina estaba cerrada. Preguntamos a una lugareña que nos informó con amabilidad. Nos indicó dónde conseguir la llave o a alguien que nos franqueara la entrada a la fortaleza. En un domicilio particular. En éste se nos dijo que había un joven que nos lo mostraría a título particular. Así fue, la citada persona se mostraba deseosa de enseñar con todo cariño la fortaleza. Las vistas son maravillosas. El exterior de la fortaleza, soberbio. El interior, no obstante, deja mucho que desear. No esperábamos encontrar mármoles, muebles o jardines, pero sí más limpieza, más seguridad, ningún animal que anidase en sus paredes y fuera socavando su estructura, como palomas, que había a cientos. Según se nos dijo, no había sido estudiada por historiadores como se merece.

Estábamos solos los tres, mi marido, el señor que nos la enseñaba y yo. Ningún otro visitante en un periodo de tiempo largo. La fortaleza de Baños es la segunda más grande de Europa. Impresiona y produce admiración a pesar de todo. Nos duele su estado y el de los demás monumentos de Baños de la Encina y nos preguntamos: ¿dónde están las instituciones? ¿Esto es Jaén paraíso interior? ¿Para qué sirven nuestros políticos? ¿Para hacerse la foto?

Más tarde, nos dirigimos a una iglesia convento por indicación de los lugareños que por lo visto tiene un altar barroco hermosísimo. No pudimos visitarla. Al llegar ante ella, un grupo de ociosos pensionistas ajenos a las bellezas artísticas de su pueblo nos indicó que golpeásemos el portón metálico. Así lo hicimos, primero discretamente. Nada, no nos abrieron. Después golpeamos con insistencia y una mujer que pasaba por allí, ante el espectáculo de los golpes, nos informó de que las monjitas estarían en el ángelus. Lamentable. No nos quedó otro remedio que irnos porque no sabíamos qué menesteres conventuales les quedarían a las hermanas. No es forma de mostrar unos documentos de nuestro paraíso interior.

Todo esto nos lleva a pensar que todavía nos falta mucho para llegar a tener un país culto, preocupado por su patrimonio y por su desarrollo sostenible. Somos una potencia turística, pero ¿de qué clase de turismo? Sólo el de playa, el que no deja mucho dinero, el de pan para hoy y hambre para mañana, el que viene en bañador y con chanclas. En invierno ¿acaso Andalucía no tiene nada que mostrar dignamente en Jaén? ¿Qué hace el Gobierno de izquierdas de la Junta? ¿Qué hace la Diputación? ¿Qué hacen los ayuntamientos? ¿Qué hacen los ciudadanos?- Ana M. Tello Martínez. Jaén.

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