La pobreza
EL PAÍS del pasado 13 de septiembre abría la sección de Sociedad con una información preocupante: un informe del Banco Mundial asegura que la mitad de la humanidad subsiste con menos de 386 pesetas diarias. A lo largo de toda una página se enumeraban minuciosamente los datos del informe y se analizaba la evolución de la miseria en las distintas partes del planeta. El Banco Mundial, tal vez para atenuar la contundencia de los números, soltaba después un recetario contra la pobreza de buenas palabras y mejores propósitos. No cuesta nada y queda bien.Más allá de la gravedad del asunto, me inquietó mucho un detalle: ¿qué hacía una información así en la sección de Sociedad? ¿La distribución de la riqueza en el mundo no es economía? ¿Por qué los pobres no merecen encabezar la sección de un periódico de prestigio por delante de ministros y directores bancarios? No lo sé, pero lo sospecho: no tienen que preocuparse del precio del carburante porque no tienen coche, los mercados financieros no les inquietan porque no saben qué es una acción bursátil y la devaluación del euro frente al dólar no les afecta. No tienen ni una moneda ni la otra.- .
