Olot exhibe la primera antológica de Miquel Blay, el escultor que alió modernismo y sentimiento
El Museo Comarcal de la Garrotxa exhibe hasta el próximo 1 de noviembre la primera exposición antológica del escultor Miquel Blay (Olot, 1866-Madrid, 1936) que permite revisar y divulgar de una forma rigurosa toda la trayectoria artística de quien fue uno de los escultores catalanes de finales del XIX y principios del XX más reconocidos internacionalmente. Bajo el título Miquel Blay. L'escultura del sentiment, la exhibición reúne 125 obras del autor -81 esculturas y el resto dibujos- que repasan su evolución artística, desde los años de formación en su Olot natal, hasta sus estancias en París y Roma y los años vividos en Madrid, donde ejerció de profesor de la Escuela de Bellas Artes.
Un repaso a la selección de obras que configuran la exposición permite identificar las diversas influencias recibidas por el artista y la progresiva construcción de un estilo propio cargado de poesía y sentimiento.Aunque la mayoría de las obras que integran la exposición proceden del fondo artístico del Museo Comarcal de la Garrotxa, algunas de las piezas han sido solicitadas al Museo Nacional de Arte de Cataluña, al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y al Museo del Prado, entre otros centros museísticos. Hay también obras de colecciones privadas que nunca habían sido exhibidas públicamente, como las que proceden del excepcional legado que las nietas del artista poseen en París. El reconocimiento internacional le llegó a Blay con sus primeras obras, y muy especialmente gracias a Els primers freds, un conjunto escultórico que realizó en Roma en 1892 y que representa a una niña recostada sobre un anciano, ambos vestidos con ropas modestas y sentados en un banco.
En opinión de la comisaria de la exposición, Pilar Farrés, la obra de Blay se resiste a cualquier encasillamiento, aunque su escultura se la ha identificado como modernista a causa, sobre todo, del peso que tiene dentro del conjunto de su producción artística una pieza muy singular: el grupo mural de piedra de gran formato La cançó popular, que el artista hizo en 1906 para la modernista fachada del Palau de la Música Catalana de Barcelona. A juicio de Francesc Fontbona, pese a que Blay aportó obras fundamentales al modernismo escultórico catalán, "esto no significa que fuera un artista modernista". "En París se dejó seducir por la modernidad de Rodin, es evidente; pero no dejó de hacer obras de un realismo claro, a veces muy próximo al naturalismo", afirma Fontbona. Junto al conjunto escultórico del Palau de la Música, el popular Bust del gegant d'Olot, Perseguint la il.lusió y Le Boulet son otras de las obras más conocidas de Miquel Blay. El artista olotense gozó siempre del reconocimiento internacional, como lo certifica Josep Pla, quien explica que cuando el también escultor Manolo Hugué llegó a París, todavía se hablaba de Miquel Blay pese a que éste ya se había ido.
El director del Museu Comarcal de la Garrotxa, David Santaeulària, ha anunciado que la exposición ya tiene cita para los próximos meses en varias ciudades. A finales de este año y hasta enero de 2001, una selección de 30 piezas de la exhibición, producida por la Fundación Caixa de Girona, se expondrán en el vestíbulo del Palau de la Música de Barcelona. Posteriormente, casi la totalidad de las piezas que ahora se exponen en Olot viajarán hasta Segovia. Girona será otra de las ciudades en las que se exhibirá esta antológica de Miquel Blay.
En Olot, el museo ha organizado visitas guiadas a la exposición para facilitar una descripción detallada de cada una de las piezas y del itinerario vital y artístico del escultor olotense.
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