La ONU acusa a militares serbios de un intento de atentado en Kosovo
Lo que en un principio era una redada en busca de explosivos en el centro de Kosovo se ha convertido en el incidente de mayor tensión entre Naciones Unidas y el Gobierno de Belgrado, tras las duras acusaciones lanzadas por el representante de la ONU en Kosovo, Bernard Kouchner, quien acusó al régimen yugoslavo de estar detrás del envío de un comando especial a Kosovo con el objetivo de cometer un atentado con ocasión de los comicios que tendrán lugar en Yugoslavia el próximo domingo.
"Se trata de un intento evidente de terminar con la paz, la seguridad y la democracia en Kosovo", señáló Kouchner en Pristina. Según ha informado la fuerza internacional para Kosovo (Kfor), en la madrugada del pasado martes, soldados británicos y suecos detuvieron a tres personas en Gracanica, un enclave serbio situado a unos diez kilómetros al sur de Pristina. Los detenidos eran sospechosos de tenencia de explosivos. Detenciones como ésta, tanto de serbios como de albanokosovares, se vienen produciendo desde junio del año pasado, cuando las tropas de la OTAN se hicieron con el control de la provincia yugoslava. Sin embargo, lo que ha añadido tensión política al hecho es que, según informó el propio Kouchner, dos de los detenidos son antiguos "o actuales" miembros de las fuerzas especiales yugoslavas. El jefe de la operación, el brigadier británico Robert Fry, aseguró poseer pruebas de que los detenidos "tienen relación" con el Ejército yugoslavo. Kouchner explicó que posiblemente formaban parte de una unidad especial con base en Nis, en el sureste de Serbia. "Esto es algo muy serio y el mundo debe saberlo", añadió.
Las cantidades de armamento halladas no difieren en casi nada de las confiscadas en otros registros. Se trata de 1,5 kilos de explosivos, un detonador con mando a distancia, así como diversas granadas, subfusiles, pistolas y diversa munición. Sin embargo, es la salida a la palestra de los máximos responsables de la comunidad internacional en Kosovo, Kouchner y el comandante en jefe de la Kfor, el general español Juan Ortuño, lo que ha dado un giro político inesperado a una campaña electoral que hasta ahora se había limitado, en la todavía provincia yugoslava, a un tira y afloja sobre una posible visita entre el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, y la OTAN, que amenazaba con cumplir la orden de detención dictada por el Tribunal Penal Internacional para los crímenes en la antigua Yugoslavia contra el mandatario. "El propósito del material confiscado era crear miedo e intimidar a la población de Kosovo", destacó el general español, pocas horas después de producirse la captura. Las elecciones del próximo domingo han levantado un escaso interés entre los albaneses de Kosovo. Únicamente en la ciudad dividida de Mitrovica, al norte, donde hay cerca de 30.000 serbios, se vive con intensidad la convocatoria.
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