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Pérdida de lustre

La presentación del informe del FMI ha perdido lustre, pues sus propios expertos reconocen que si las matemáticas no son una ciencia exacta, la economía lo es menos. El texto difundido ayer afirma que las previsiones económicas "dejan mucho que desear", y que, de las 60 recesiones que se dieron en distintos países en la década de los noventa, sólo dos se detectaron con un año de antelación. Más aún, dos tercios de las recesiones seguían sin ser advertidas por los expertos en abril del año en que se dieron.Así que la atención en el Centro de Congresos de Praga no se centraba ayer en el baile de decimales del informe. El moderno palacio de cristal que estas dos semanas acogerá a funcionarios, banqueros de todo el mundo y a los ministros de Economía (y que paradójicamente se inauguró en 1981 con el XVI Congreso del Partido Comunista de Checoslovaquia), bullía con otra preocupación: saber si la amalgama de organizaciones sindicales, ecologistas y anarquistas que llevó al fracaso la cumbre de la OMC en Seattle, y luego casi repitió éxito en Washington, logrará una vez más arrebatar el protagonismo a la ortodoxia financiera.

De cumplirse las cifras, habrá casi un policía por cada dos manifestantes. Un severo dispositivo de seguridad interrumpía ya desde ayer el paso a todo aquel que no contase con acreditación. Las autoridades tratan de que Praga no quede asociada a una nueva derrota a manos del ejército de ecologistas e izquierdistas que ha acusado al FMI de beneficiar a las grandes empresas en detrimento de la mayoría de la población mundial.

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