El descuento en los libros
Si, como afirma el señor Rodríguez Braun (Gato por libro, EL PAÍS, domingo 10 de septiembre), los cinco argumentos esgrimidos "contra la libertad de precios y descuentos" por parte de la mayoría del sector del libro "son falsos", nos encontramos, amigos lectores, con que:1. Un libro no es más que una mercancía.
2. El servicio al cliente-lector no es el fundamento de la competencia.
3. No hay por qué proteger a las pequeñas editoriales y librerías (¿incluimos también en la desprotección a los autores y distribuidores minoritarios?).
4. Los sectores minoritarios, sean autores, libros, lenguas, regiones o lectores de pequeñas poblaciones, se verán favorecidos por la liberalización del precio del libro.
5. El neoliberalismo salvaje está por encima del control de la democracia.
Y entonces no termino de hacerme preguntas:
¿Cree de verdad el articulista que los centros comerciales representan productos más baratos? ¿No le parece más sospechoso que, para dar una de arena, el real decreto prohíba la utilización del libro como reclamo comercial para la venta de productos de naturaleza distinta? ¿Encontrará en una gran superficie esos libros de fondo que a buen seguro figuran en las bibliografías recomendadas a sus alumnos?
¿Cree sinceramente que la única solución que plantea el sector es la de un precio alto para todos? ¿Sabe el autor que, según los datos oficiales, el precio medio del libro en 1998 fue de 2.161 pesetas? ¿Sabe que, según las mismas fuentes, en pesetas constantes, los precios apenas han sufrido alteración desde 1985? ¿Se ha parado a pensar en las mercancías que no puede comprar por poco más de dos mil pesetas?- Eduardo González Gonzalo. Salamanca.
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