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Reportaje:

La cueva de Pozalagua pide luz

Una "joya desconocida"

Ajena al recorrido estándar del turismo vasco, principalmente centrado en la costa, San Sebastián y la visita al museo Guggenheim, la cueva de Pozalagua reclama un hueco en los folletos divulgativos del País Vasco. El Ayuntamiento de Carranza, propietario de la gruta, explota sus atractivos desde 1992, pero cree llegado el momento de colocar su hallazgo bajo los focos. El lugar es único. O casi. Sólo una cueva localizada en Australia concentra una muestra similar de estalactitas excéntricas, esto es un tipo de estalactita que desafía la ley de la gravedad para entrelazarse y tejer el techo de la cavidad como si se tratara de suspendidas raíces petrificadas.

Tecnología

Una casualidad permitió descubrir Pozalagua el Día de los Inocentes de 1957, cuando un barreno de la empresa Dolomitas de Ranero, que operaba en una cantera vecina, abrió una grieta que reveló el interior de la cueva. Las estalactitas se encuentran en una única sala de 125 m de longitud, 70 de anchura y 12 de alto, cuya visita no excede la media hora. El lugar, tenuemente iluminado de forma artificial y de una belleza incomparable, mantiene una temperatura constante de 13 grados y una humedad aproximada del 95%.

Ocho años después de su apertura al público, 33.000 visitantes descubrieron el lugar sólo el año pasado. Las obras de adecuación para el uso turístico (luz, rampas metálicas de acceso y pasillos), la creciente afluencia de visitantes y unas variaciones en la cavidad observadas a simple vista aconsejaron al Ayuntamiento de Carranza solicitar un informe a una empresa madrileña (CRN), que certificó la salud de la cavidad. El estudio de CRN determinó que el equilibrio de dióxido de carbono en el interior es satisfactorio, que no se aprecian problemas de radiación ni de ventilación y que las oscilaciones de humedad son correctas. El trabajo de CRN determinó igualmente la necesidad de cambiar el sistema de alumbrado y sustituir los actuales focos por otros que no generen tanto calor: al calor de la luz crecen microorganismos, fenómeno que puede alterar el equilibrio de la cueva. El satisfactorio estudio decidió al Ayuntamiento de Carranza a divulgar ampliamente la belleza del lugar, "una joya desconocida" en opinión de José Luis Portilla, alcalde de la localidad,

Ayer, la gruta conoció una novedad: un equipo topográfico australiano estrenó en Europa un prototipo de aparato que permite "realizar levantamientos en tres dimensiones con tecnología láser, con lo que se podrá medir en el espacio el interior de la cueva y conocer la distribución de los volúmenes de aire en su interior", según explicó el director técnico de CRN. Ésta no será la única novedad tecnológica que conozca la cueva: en los próximos meses se instalarán aparatos de medición de la humedad y temperatura, una forma de conocer el impacto de la visita de los turistas. El municipio vizcaíno de Carranza, situado a un paso de Cantabria, ha decidido abordar un plan para adecuar los alrededores y ofrecer complementos de ocio y consumo a los visitantes. De momento sólo hay un solitario bar-restaurante a pie de la explanada empleada como aparcamiento junto a la entrada de la cavidad. El alcalde desliza con sutileza su intención de alterar al alza el precio actual de las entradas, fijado hasta ahora en 500 pesetas para los adultos. Menos diplomático, el director general de Promoción Turística de la Diputación vizcaína, Joseba Escribano, se despide invitando a los periodistas a promocionar la cueva de Pozalagua.

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