_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Olimpo bajo

Manuel Vicent

Antes los dioses de la sociedad volaban muy altos, eran inalcanzables y la gente los veneraba. Ahora de forma consciente la televisión ha fabricado un olimpo cutre y lo ha situado en una zona inferior al nivel medio de los ciudadanos. En la pantalla salen unos famosos completamente imbéciles, creados de la nada y que están ahí sólo para que los espectadores puedan escarnecerlos a placer olvidando así la propia miseria. En este sentido la televisión cumple un servicio público. Por muy mal concepto que tengas de ti mismo siempre te sentirás moralmente superior a cualquiera de esos gaznápiros que se presta a ser insultado en un programa previo pago. Por muy vulgar que consideres a tu pareja sentada a tu lado ante el televisor, te parecerá un ser exquisito si la comparas con lo que estás viendo en la pantalla. La televisión está sometida a propósito a la basura para que el ciudadano pueda vomitar sobre ella creyéndose más honorable, del mismo modo que la mediocridad de los espacios obedece a una razón comercial muy taimada: todo es ordinario para que los anuncios parezcan fascinantes. Lo que sale en televisión siempre es algo previo a un spot publicitario. Cuanto más burda sea una telecomedia, por contraste más seductora será la chica que bebe ese refresco a bordo de un velero, cuanto mayor repulsión te cause ese humorista chabacano más fuerte será tu deseo de huir en el coche de 16 válvulas que se pierde en el desierto, cuanto más tosco sea el cotilleo del corazón más noble te va a parecer cualquier producto de los grandes almacenes. El beneficio que aporta la basura televisiva a las relaciones humanas la acabo de descubrir en un amigo que hacía seis meses que no se hablaba con su mujer aunque vivían juntos. Sentados en el mismo sofá, pero incomunicados, estaban viendo la televisión. Después de un silencio que había durado medio año la mujer no aguantó más y exclamó: "Este programa es una mierda". El hombre no tuvo más remedio que asentir: "Tienes toda la razón, este programa es una mierda". A partir de esa cochambre aceptada y compartida la pareja se ha reconciliado y todo indica que esta vez el nudo no se va a deshacer nunca porque la basura de televisión ata más que el sacramento. Antes la clase media miraba hacia las cumbres para admirar a sus dioses. Ahora la gente los descubre en un olimpo inferior a si misma y al sentirlos tan miserables se siente reconfortada.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_