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El 'Atlantis' parte hacia la estación espacial para hacerla habitable

La obra de ingeniería será dentro de un año el cuarto objeto más brillante del cielo

La primera expedición a la Estación Espacial Internacional (ISS) tras su ampliación del pasado julio está ya en camino. El transbordador Atlantis fue lanzado ayer, a las 14.45 (hora peninsulñar española), desde Cabo Cañaveral, con siete tripulantes a bordo. Mañana se acoplará a los tres módulos en órbita de la ISS y, durante nueve días, los astronautas la prepararán para la llegada de la primera tripulación permanente, a finales de octubre.

Electricistas espaciales

La NASA ha señalado que con este lanzamiento empieza el año más intenso de la historia de los vuelos espaciales, durante el cual la estación internacional crecerá hasta convertirse en la mayor construcción espacial de toda la historia y en el cuarto objeto más brillante de los visibles en el cielo."La estación es como una casa a la que le faltan los sanitarios, las cañerías y la instalación eléctrica", ha comentado el piloto de la misión, Scott Altman. Los astronautas, cinco estadounidenses y dos rusos, se encontrarán con una casa sin poner, que en parte ni siquiera está presurizada. Esto se debe a que el último módulo que se acopló al embrión de estación, el módulo de servicio ruso Zvezda, lo hizo automáticamente y ahora hace falta la intervención humana para hacerlo habitable.

Para empezar, tras el acoplamiento y antes de la entrada en la estación, un astronauta ruso y otro estadounidense harán una salida para conectar eléctricamente el módulo Zvezda con el Zaria, que fue el primero en ser lanzado, en noviembre de 1998. A finales de julio, los ordenadores del Zaria cedieron el control de la estación al Zvezda sin problemas, en un proceso controlado desde la Tierra. Los astronautas también instalarán un magnetómetro en el exterior del Zvezda, para que sus datos permitan al ordenador central minimizar el gasto de combustible controlando su orientación.

Entre las muchas tareas que tendrán que hacer los astronautas está la de descargar la nave de suministros rusa Progress, que se encuentra acoplada a la estación desde el pasado mes de agosto, y trasladar a la estación los suministros que el transbordador transporta.

Cuando el comandante del Atlantis se acerque a la ISS se encontrará con una estructura mucho mayor que la que dejó la última tripulación que la visitó, en mayo. Ahora, la estación mide 12,5 metros de longitud, equivalente a un edificio de 13 pisos, y pesa el doble que en mayo, 57 toneladas. Y cuando entren en ella los astronautas se encontrarán un ambiente hostil que tienen que transformar en habitable. Para ello llevan agua, ropas, material médico, útiles de higiene, ordenadores portátiles, una impresora, aspiradores, bolsas de basura, calentadores de comida, aparatos para hacer ejercicio y un generador de oxígeno, entre otras muchas cosas. También llevan un imprescindible retrete, que instalarán en el Zvezda, pero que no funcionará hasta que llegue la primera tripulación permanente.

Además, los astronautas trabajarán como electricistas, instalando baterías y reemplazando otras, y activarán o instalarán aparatos y material llevados en la expedición de mayo.Después de esta misión todavía irá otra vez un transbordador a la estación, en octubre, para poner las primeras piezas del andamio sobre el que se basará la ampliación de la estación, antes de que la primera tripulación, formada por dos rusos y un estadounidense, sea lanzada hacia ella a finales de octubre a bordo de un cohete Soyuz ruso para permancer cuatro meses. A esta misión seguirán, hasta octubre del año que viene, ocho misiones más, algunas rusas pero la mayor parte estadounidenses. Si el calendario no sufre más retrasos, tras los numerosos de los dos últimos años, será el año más intenso de la era espacial.

Durante los seis días que el transbordador va a permanecer unido al complejo espacial, dos de los astronautas, el estadounidense Edward Lu, y el ruso Yuri Malenchenko, realizarán lo que se denomina una actividad extravehicular, también conocida como paseo espacial, para ensamblar las conexiones eléctricas. Los astronautas usarán una técnica de movimientos similar a la que utilizan los escaladores en la alta montaña, en la que uno avanza mientras el otro le asegura.

La estación espacial internacional progresa poco a poco, pero ya lleva en órbita sobre la tierra 658 días. Algunos de sus módulos, como el Zvezda, han sufrido una demora en su acoplamiento de casi dos años sobre el programa previsto. La estación, que costará entre 60.000 y 100.000 millones de dólares, debería estar concluida en el año 2004, pero no lo estará hasta 2006, según ha reconocido recientemente Bob Cabana, responsable de operaciones internacionales de la NASA en la ISS. Las demoras en los lanzamientos y la crisis económica rusa son algunas de las razones que han provocado el retraso.

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