Los socialistas censuran el escaso interés del Gobierno por llegar a acuerdos

Las llamadas al consenso con el Gobierno, la disposición a hacer una oposición mesurada y escasamente vocinglera, el reconocimiento al Ejecutivo de sus aciertos y la lealtad en cuestiones llamadas de Estado son hasta ahora declaraciones de principios realizadas por el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre las que existe cierta expectación respecto a cómo se traducirán en la práctica. El nuevo equipo dirigente del PSOE asegura que pronto se verá que ese talante no está en absoluto reñido con posiciones firmes y con una voluntad inapelable de controlar al Gobierno y presentar alternativas. En los últimos días, sin embargo, empieza a cundir en el PSOE la sensación de que quizá el Gobierno no está en absoluto interesado en pactar nada con el primer partido de la oposición a la vista de las actuaciones unilaterales en materias delicadas."El consenso empieza mal", dijo ayer a este periódico el responsable de Libertades y Desarrollo Autonómico, Juan Fernando López Aguilar. Los socialistas sienten que han recibido tres golpetazos en muy pocos días. Rodríguez Zapatero ofreció en persona al presidente del Gobierno, José María Aznar, un "pacto nacional" sobre inmigración en el que participaran partidos políticos, ayuntamientos, comunidades autónomas, empresarios, sindicatos y ONG y, por tanto, mucho diálogo y pocas prisas. El PSOE se sintió desairado cuando, el pasado martes, el PP en solitario aprobó el carácter de urgencia de la Ley de Extranjería, lo que, a juicio de los socialistas, demuestra escaso interés en afrontar este asunto con calma.

Sobre la lucha antiterrorista, el PSOE no tenía dudas de que el sangriento verano obligaba a la discreción y el apoyo total al Gobierno, a pesar de varios desacuerdos. El conocimiento a través de El Mundo de que hoy mismo el Ejecutivo estudiará modificaciones legales para hacer frente, entre otros aspectos, a la violencia callejera, llevada a cabo preferentemente por menores de edad, causó estupor en el primer partido de la oposición. "El Gobierno está respondiendo con deslealtad a nuestra lealtad", dijo ayer López Aguilar, "tanto en la forma como en el fondo de esas reformas que pretende". El borrador gubernamental del plan hidrológico, cuyo debate comienza ahora, tampoco ha agradado al PSOE.