La Guardia Urbana empieza a medio gas la operación contra la indisciplina viaria
La Guardia Urbana de Barcelona puso ayer en marcha la "operación otoño", destinada a combatir la indisciplina viaria, a la que se han entregado no pocos barceloneses. El primer día, sin embargo, se notó poco. Las esquinas del Eixample seguían llenas de coches aparcados hasta en cuatro filas; turismos y camionetas paraban a voluntad en el carril bus; la motos utilizaban las aceras y la carga y descarga se hacía en cualquier parte, salvo en los puntos de la ciudad donde había guardias, que no eran muchos. La concejal Carme San Miguel explicó que el 18 habrá muchos más.
"La operación otoño es progresiva", explicaron los concejales que tienen a su cargo la movilidad: Carme San Miguel y Francesc Narváez. Progresiva quiere decir que empieza poco a poco y llega a su apogeo el día 18 de septiembre, cuando empiezan los colegios. Ese día, aseguró Alfons Vidal, jefe de la Guardia Urbana de Barcelona, no habrá guardias en las oficinas: todos a la calle, a evitar el colapso. Ayer, sin embargo, eran pocos. El Ayuntamiento sigue afirmando que el problema del tráfico es coyuntural, pero algunas de las medidas que ha adoptado indican que empieza a detectar dónde aprieta el zapato del tráfico: la Guardia Urbana ha creado una unidad especial para controlar la disciplina viaria, con especial atención al aparcamiento indebido. Este mismo mes entran en servicio ocho nuevas grúas (las 37 que había se convierten en 45 y dentro de unas semanas se llegará a 50), y se han abierto dos nuevos depósitos para coches retirados.Se espera, como agua de mayo, la incorporación de 70 guardias civiles; a principios de año empezarán a funcionar las primeras videocámaras para detectar una de las infracciones más peligrosas y frecuentes: el paso del semáforo en rojo.
"Seremos contundentes", insistieron San Miguel y Vidal, quienes anunciaron campañas dirigidas a los ciudadanos, porque "sin su colaboración, poco podremos hacer", dijo Vidal.
Ayer colaboraron poco. La indisciplina viaria volvió a campar por el poco respeto en los cruces más conflictivos del Eixample, donde desde primera hora podían verse coches aparcados en doble fila, en triple e incluso alguna que otra camioneta que no se privaba de invadir la acera para cargar y descargar, informa Joaquima Utrera.
Lo cierto es que no se notó nada la entrada en funcionamiento del plan para regular el tráfico impulsado por el Ayuntamiento. A simple vista el número de infractores hubiera bastado para agotar en pocos minutos un talonario de multas en un radio de calles reducido como Aribau-Balmes, Muntaner-Consell de Cent o en Aragon esquina Villarroel, donde a las 8.15 horas no hizo acto de presencia ni uno solo de los agentes de la Guardia Urbana adscritos a la operación.
La primera jornada del plan transcurrió con el mismo relajo de que han hecho gala los conductores reincidentes en aparcar sin contemplaciones en los últimos meses. A las 9.00 abundaban las furgonetas que descargaban material y que contribuían a entorpecer aún mas la circulación en unos cruces -Aribau y Diputació o en Gran Via y Balmes- en los que las obras en el lateral dirección Llobregat o la hilera de contenedores de cascotes y de muebles obligan a los conductores a esquivar un sinfín de obstáculos.
Entre los cruces complicados destaca el de AragonCompte d'Urgell, donde por las obras se ha levantado el carril sentido montaña y el lado del Besòs lo ocupan contenedores de material de construcción, cosa que no impide que en el lado del Llobregat aparquen vehículos en doble fila. Da la sensación de que cuanto más caótica resulta una esquina mayor número de automovilistas desconsiderados atrae, como si pensaran que no viene de uno.
En la zona de Mitre sometida a obras, los coches se atascaban dentro del túnel (dirección Cerdà) al reducirse los carriles a uno. También se resentía el tráfico en la confluencia de Capitán Arenas con la Diagonal, informa Clara Tarrero.
Los guardias parecían concentrados en las esquinas conflictivas de la Diagonal y, también, en la plaza de Catalunya.
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