Aprendizaje del español actual

Hace ya algunos años, en una de las asambleas generales de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada en Santiago de Chile, hubo necesidad, al redactar el documento final, de acudir al Diccionario de la Real Academia para aclarar algunos términos a los que los delegados de varios países daban significados diferentes.Este hecho me confirmó la necesidad, ya sentida por mí, de aprender hispanoamericano si es que quería tener éxito en mis relaciones con esos países hermanos. Conseguí, con algún esfuerzo, salpicar mi conversación con chilenismos en Chile, mexicanismos en México, peruanismos en Perú, etcétera. Desgraciadamente, mi larga permanencia en esa región hizo que, al tiempo que aprendía el hispanoamericano, olvidara el español.

Ahora me dedico con igual entusiasmo a aprender o reaprender el español de España después de tan larga ausencia. Creo haber hecho algunos progresos, de los que es muestra el siguiente relato corto, a manera de los que publica El País Semanal:

"Fue mientras hacía footing con mi homólogo en el partido cuando, en base al pressing y la demonización histórica que sufríamos, especulé sobre el sobredimensionamiento del tema, de cara a los argumentos aparecidos en la prensa. El tema era el posicionamiento en una de las sensibilidades del partido, para lo cual me decanté por la visualización del tema sin dar palos de invidente que me dejaran de los nervios".

"Decir, para terminar, que la climatología, con una lluvia alucinante, puso fin a mis especulaciones sin llegar a concretizar a quién se debería culpabilizar. No cabía duda que era necesario consensuar a nivel de las bases, para lo cual comencé a con-

tactar telefónicamente. Para complicar más las cosas, Telefónica me informó que no tenía ningún mensaje. Era como muy fuerte".

Confieso, agradecido, que gran parte del éxito en el aprendizaje se lo debo a don Fernando Lázaro Carreter, a la televisión y, en alguna medida, a los redactores de EL PAÍS.- Fernando Rodríguez Alonso. Sevilla la Nueva, Madrid.