La policía libera a un hombre al que unos traficantes de droga tuvieron 11 días secuestrado
A punta de pistola
La policía liberó en la madrugada del pasado martes en Galapagar a un hombre de 28 años que había sido secuestrado el 17 de agosto pasado en el aeropuerto de Barajas por una banda de supuestos traficantes de droga, todos ellos de nacionalidad colombiana. Durante los 11 días que permaneció encerrado, la víctima fue maltratada en la habitación de una casa que, además, ocultaba un gran laboratorio de transformación de cocaína, donde se podían tratar hasta 100 kilos al mes. En la operación policial fueron detenidas 11 personas. Los investigadores sospechan que el secuestrado, R. R. E., vecino de Barcelona, acudió a Madrid para cerrar una posible operación de compra de droga con los traficantes colombianos. Al llegar al aeropuerto de Barajas, fue secuestrado por motivos que los investigadores desconocen aunque investigan si el hombre mantenía una deuda por narcotráfico con sus captores. Los secuestradores metieron al hombre en un BMW y le condujeron hasta un chalé de la calle de Los Brazos, en la urbanización La Navata, de Galapagar. A continuación, los malhechores llamaron a un amigo de la víctima, José María M., para exigirle siete millones de pesetas. Éste acudió el pasado 23 de agosto a Madrid y denunció el posible secuestro en la comisaría de Tetuán. José María dijo que le había visto por última vez en el aeropuerto de Barcelona antes de salir hacia Madrid.
La policía averiguó que los posibles secuestradores eran dos hombres con antecedentes por tráfico de drogas conocidos como Freddy y Guativa, que residían en un piso de la calle de la Hacienda de Pavones.
Los investigadores creyeron que el secuestrado, R. R. E., podía encontrarse retenido en el interior por el trasiego de personas que entraban y salían de la vivienda. El martes entraron en la casa y no encontraron a la víctima. Sin embargo, hallaron un sobre donde figuraba escrita la dirección de un chalé de La Navata, en Galapagar (Madrid), donde sospechaban que podía encontrarse el secuestrado. La policía vigiló el chalé y el pasado martes irrumpieron 30 agentes en la casa. En el comedor encontraron a R. R. E. atado de pies y manos. Estaba custodiado a punta de pistola por cuatro personas. Los agentes impidieron que uno de los presuntos secuestradores utilizara una pistola que llevaba en la cintura, una Browning nueve milímetros amartillada, con un cartucho en la recámara y otros once en el cargador. La policía halló en el domicilio productos químicos y utensilios para la transformación y elaboración de cocaína. Los agentes se incautaron de 13 botes de amoniaco de un litro, seis botes de ácido de litro y medio, tres garrafas de disolvente de 25 litros y un bote de suero fisiológico para darle brillo.
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