THE JERUSALEM POST Jerusalén en el corazón
Puesto que el Comité para Jerusalén se reúne en Marruecos para apoyar la posición de Yasir Arafat respecto a esa ciudad, es hora de que Israel establezca los términos de este debate de forma comprensible para la comunidad internacional. (...) Israel debe afrontar el debate (...) sin temer por la corrección política: Jerusalén es el alma y el corazón del judaísmo tanto como La Meca lo es del Islam. (...) Ya que los musulmanes no compartirían nunca el lugar de nacimiento y la piedra angular de su fe, no se puede esperar que Israel comparta su Meca con aquéllos para los que Jerusalén ha jugado un papel secundario en su historia política y religiosa. (...) El mundo islámico posee muchas ciudades de mayor importancia histórica y espiritual (...) como La Meca, Medina, Damasco, El Cairo o Bagdad. (...)Los judíos tienen Jerusalén, y sólo Jerusalén. Ninguna otra ciudad ha funcionado nunca como capital espiritual o política del pueblo judío. (...) Es claro que Israel no desea restringir los derechos de los árabes en esta ciudad, y es necesario que la comunidad internacional tenga claro este punto. Los árabes podrán seguir viviendo, creando familias, construyendo casas, rezando libremente en Jerusalén, es decir, todo, menos gobernar la ciudad. (...) Si el mundo árabe insiste en compartir el control de Jerusalén, asimismo se deberá aceptar el control compartido de la Montaña del Templo, y permitir la práctica de los rezos y el ritual judío en los lugares de culto islámicos. Ésta sería la señal más evidente de que el mundo árabe ha internacionalizado el significado y el precio de la paz.
Jerusalén, 28 de agosto
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.