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La policía busca a 10 bandas expertas en reventar escaparates

La policía de Madrid tiene fichadas a 10 bandas, siete de ellas muy peligrosas y muy organizadas, que se han hecho millonarias robando en locales con el método de estrellar en sus escapartes potentes coches que previamente han sustraído. Son los aluniceros. En un informe oficial, al que ha tenido acceso EL PAÍS, la policía reconoce sentirse impotente para frenar a estos grupos y pide a los jueces castigos más duros.Son bandas superorganizadas, roban lujosos coches para sus fechorías, ya han saqueado decenas de locales (joyerías, peleterías, tiendas de ropa...) y, además, no dudan en usar las armas de fuego si son sorprendidos. Sus acciones, perfectamente planeadas, duran no más de cinco minutos. Se han convertido en el terror de los comercios, cuyos dueños se han llegado a manifestar para exigir más vigilancia policial.

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Actuaciones rápidas, diseminadas y peligrosas

Los miembros de estos grupos huyen del local desvalijado en cuestión de segundos. Detener a sus integrantes no es nada fácil. "Resulta imposible perseguirles (ni siquiera en helicóptero)", indica un exhaustivo informe policial centrado en las actividades de estas bandas. "En carretera o en vías rápidas se desplazan a más de 200 kilómetros por hora y con las luces apagadas, con el consiguiente peligro para otros conductores y peatones", se admite en el informe.

La policía señala que estas bandas, formadas por jóvenes españoles asentados en los barrios del sur de la capital, con entre 15 y 25 años, "actúan desde hace tres años por toda la geografía nacional, pero con especial incidencia en la Comunidad de Madrid". Y que cada vez "son más violentas y temerarias: a parte del uso de pistolas, tampoco dudan, si se ven acorralados, en estrellar sus vehículos en plan homicida contra los de la policía", o, en persecuciones, utilizar extintores lanzando el líquido para cegar la visión del coche policial perseguidor.

El informe cita casos en que los atracadores, al verse sorprendidos por agentes de seguridad de los locales, usaron armas de fuego contra los guardias, así como barras de hierro y navajas. También han dejado malheridos a algunos testigos de sus fechorías que les han llamado la atención al toparse en la calle con sus robos.

100 miembros de estos grupos fueron detenidos en 1999, pero ninguno de ellos ingresó en prisión

De la temeridad de estas bandas da prueba el suceso ocurrido la madrugada del pasado jueves, cuando 12 coches patrulla y un helicóptero, en una escena que parecía sacada de una película, necesitaron 40 minutos de frenética persecución por una veintena de calles de Madrid para detener a cuatro miembros de uno de estos grupos. En la persecución -con vehículos policiales atravesados en las calles- un coche patrulla sufrió un accidente. Tres de los detenidos -que habían empotrado un Audi, contra una tienda de Carabanchel- eran menores de edad.El nivel de organización de estos grupos es perfecto. Cada eslabón de la banda cumple un papel en función de sus habilidades delictivas, y en ella no tienen cabida ni "drogadictos ni alcohólicos". Caer en una adicción, o ser propenso a delatar al compinche del atraco, significa la expulsión del grupo. Además, están perfectamente asesorados. Parte de los botines se destina a pagar buenos abogados. En 1999, la policía detuvo a 100 aluniceros, pero ninguno ingresó en prisión. Saben que en sus delitos -robos con fuerza- no media la sangre y que difícilmente, salvo que sean reincidentes, ingresarán en prisión.

Estas bandas, según el informe policial, gozan de "un enorme potencial económico". En los últimos años han robado "cientos de millones de pesetas que luego reinvierten en sectores legales o semilegales". Es la forma con que blanquean la mercancía -dinero, joyas, ropa, teléfonos móviles...- que consiguen. "Es curioso que individuos muy jóvenes (entre 15 y 25 años), sin ingresos conocidos, dispongan de pisos, chalés y vehículos de alta cilindrada, sin contar la majestuosidad de sus ropas y de las discotecas y locales de alterne que visitan", subraya el informe policial. Y agrega: "Este poder económico les permite viajar por toda España, seleccionar sus objetivos, dormir entretanto en hoteles de lujo y viajar con furgonetas alquiladas, todo ello con documentación falsa".

En la calle, pasean en coches de lujo, BMW, Mercedes, todoterrenos... La policía está preocupada: sostiene en el informe que "el elevado grado de organización y la creciente virulencia de estas bandas (últimamente cometen los alunizajes incluso en presencia de vigilantes jurados y de los dueños de los locales, a los que intimidan), exige un tratamiento policial, y posiblemente judicial, diferente". "Se están convirtiendo en grupos sumamente peligrosos y poderosos", advierte el informe policial.

El papel de cada miembro del grupo está perfectamente perfilado: el jefe (cerebro de los atracos, elige los objetivos), el conductor (espera en un coche para la huida), el aguador (vigila si llega la policía) y el ejecutor (quien empotra el coche robado contra la luna del local).De los 10 grupos que operan en Madrid, tres de ellos están fichados policialmente bajo el nombre de Gualtrapas o Mazos. Sus acciones y actividades se mantienen en el tiempo; sin embargo, indica el informe policial, "no cuentan con organización ni infraestructura suficientes como para considerarlos delincuentes organizados".

Los que sí son "sumamente peligrosos y están perfectamente organizados" son los Goas (grupos organizados de aluniceros). En este momento, destaca el informe policial, siete grupos de este tipo operan en Madrid, "y con vocación de permanencia en el tiempo". Cuentan con "un buen asesoramiento legal, disponen de una amplia red de peristas (receptadores de la mercancia), sus ingresos (estrellando coches contra los escaparates y robando en su interior) son muy importantes y seleccionan sus objetivos (peleterías, joyerías, telefonía móvil, tiendas de ropa) con sumo detalle".

Algunas de las bandas, siempre según el informe, están empleando ahora todo su potencial económico y amedrentador para acercarse al mundo del tráfico de drogas y para controlar la seguridad en las discotecas de la capital y región, con los pingües beneficios que ello reporta. "Una seguridad", reza el informe, "que actualmente está en poder de otras mafias, lo que puede conducir a enfrentamientos violentos con resultados imprevisibles". "Si no se actúa contra ellos con una fuerte y eficaz respuesta penal", avisa la policía, "algunos goas pueden alcanzar en pocos años un poder económico difícil de controlar".

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