La noche más emotiva de Terremoto hijo

Fernando Fernández Pantoja, Terremoto hijo, suele estar a un nivel más que aceptable en sus actuaciones, aunque ninguna de las muchas que ha protagonizado este año ha tenido la carga emotiva de su compromiso del viernes en Jerez, su ciudad natal.Las comparaciones son odiosas por naturaleza y a Fernando le han colgado el sambenito de hijo de. Un grave error de quienes se empeñan en quitarle méritos a un cantaor que se ha ganado a pulso estar donde está. Fue el último en actuar, el plato fuerte. Comenzó su actuación con toda una sentencia: "Traigo muchas palabras en mi corazón pero muy pocas en mi boca".

Fueron el preludio de lo que más tarde pudimos disfrutar. Se templó con su ya habitual soleá por bulerías y el rumor del público, que durante toda la noche había sido una constante, se tornó en súbito silencio. La malagueña de Chacón la ejecutó con tal maestría y buen gusto que el público comenzó a lanzar sus primeros olés. Por seguiriyas, fandangos y bulerías constató su buen estado de forma y cerró de un modo inmejorable los viernes flamencos del cine Astoria.

La noche había comenzado con la actuación de un joven cantaor local, El Londro, que estuvo irregular, ya que apuntó buenas maneras por seguiriyas, pero en cambio no dio de sí todo lo que se esperaba por alegrías y bulerías.

Melchora Ortega calentó el ambiente y dejó al público entregado a su paisano Terremoto. De la actuación de la joven cantaora jerezana merece la pena destacar sus cantes por tangos, soleá y bulerías. En estas últimas se quitó los tacones para pegarse una pataíta con la que se retiró del escenario. Melchora tiene mucha profesión y sabe bien lo que se hace, por eso mismo tiene como una de sus mayores virtudes saber retirarse a tiempo.

Los viernes flamencos han sido un éxito un año más y han servido para promocionar a jóvenes valores de la cantera jerezana. Sólo uno de ellos tendrá el premio actuar en la Fiesta de la Bulería, el próximo 16 de septiembre en la plaza de toros de la ciudad.