Estados Unidos deslumbra a Europa con un fuerte crecimiento y unos precios controlados
La economía estadounidense volvió a demostrar ayer que los buenos indicadores económicos no se oponen entre sí. Al crecimiento del 5,3% que registró el producto interior bruto (PIB) del segundo trimestre del año se le unió un dato de inflación mucho más bajo que el registrado en el primer trimestre. Todo ello bajo la atenta mirada de la Reserva Federal, que en sus dos últimas reuniones no ha tenido que subir los tipos de interés para garantizar este panorama macroeconómico. Europa asiste atónita al crecimiento de un país que consigue moderar sus excesos sin frenar el crecimiento.
Gasto controlado
Estados Unidos ha confirmado una vez más el excelente estado de su economía, al anunciar ayer un crecimiento del 5,3% de su PIB en el segundo trimestre del año, una cifra que supera el 4,8% registrado en los tres primeros meses. Las autoridades monetarias norteamericanas no consideran este dato como la señal de un posible recalentamiento. Lo confirmó la Reserva Federal (banco central de Estados Unidos) el pasado martes cuando decidió mantener los tipos de interés en el 6,5% y lo resaltó ayer su presidente, Alan Greenspan, durante una conferencia económica celebrada en Jackson Hole (Wyoming).A pesar del fuerte crecimiento económico, los estadounidenses no han derrochado más de lo conveniente para mantener estables los precios. El deflactor del PIB, un indicador de inflación que la Reserva Federal vigila muy de cerca, se situó en el 2,3%. Este dato es idéntico al del mismo periodo de 1999 y está muy por debajo del 3,5% registrado en el primer trimestre del año.
Satisfacción de Greenspan
La buena salud de la primera economía del mundo responde más al alto nivel de inversión de las empresas que al gasto de los ciudadanos. El consumo personal, que supone dos tercios del producto interior bruto estadounidense, creció un 2,9% entre abril y junio, lo que supone una significativa reducción desde el 7,6% del trimestre anterior. Este porcentaje había sido el más alto de los últimos 17 años.Existe una explicación para esta aparente paradoja: la envidiada productividad estadounidense, reflejo de la gran eficiencia empresarial. Las compañías continuaron entre abril y junio una senda de fuerte inversión en infraestructuras, equipos informáticos y alta tecnología. La inversión empresarial alcanzó el 14,6% en el segundo trimestre. Este indicador fue aun mejor en el primer trimestre, con un 21% interanual.
Los resultados anunciados por el Departamento de Comercio superaron ampliamente las previsiones. En su informe previo, publicado a principios de julio, el Gobierno norteamericano sólo anticipaba un crecimiento del 3,7%.
Europa observa de cerca una situación económica que trata de imitar, hasta ahora sin demasiado éxito. Tras las advertencias del Banco Central Europeo sobre un crecimiento incontrolado de la inflación en la zona euro que irá a más en los próximos meses, el relevo de los malos augurios lo tomó ayer el presidente del Bundesbank, banco central alemán. Ernst Welteke advirtió de la amenaza que suponen los tipos de interés tan bajos para la inflación de los Once, que ya ha superado el límite del 2% fijado por el BCE: "No podemos estar nada satisfechos de la evolución del tipo de cambio". "La política del BCE está orientada a medio plazo a reducir el índice de subida de los precios por debajo del 2%", recordó Welteke.
A pesar de la bonanza estadounidense, el crecimiento del 5,3% parece marcar el punto de inflexión de la economía norteamericana, que lleva 10 años de bonanza ininterrumpida. Los analistas prevén que, antes de finales de año, el imparable motor estadounidense aminore la marcha.
La Reserva Federal, el gran gendarme que vigila que los estadounidenses no eleven la inflación más de la cuenta, no ha necesitado subir los tipos de interés en sus dos últimas reuniones (la más cercana, la del pasado martes). La política de mano dura que ha practicado en los últimos 14 meses, con seis subidas de tipos, ha sido suficiente para mantener los precios bajo control.
El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, en un tono bastante más optimista que el habitual, dio ayer una visión muy positiva del aumento de la productividad en Estados Unidos gracias a la revolución tecnológica. "Es dificil encontrar evidencias que demuestren que la tasa de productividad estructural haya cesado de crecer", dijo Greenspan, que también advirtió de que el efecto de las innovaciones técnicas es inevitablemente limitado y que la productividad alcanzará un tope tarde o temprano.El jefe del banco central norteamericano también aseguró que aunque se acabe el "círculo virtuoso" de fuerte crecimiento y baja inflación que está alimentando la más larga estapa de prosperidad económica en Estados Unidos, sus efectos serán más duraderos; gracias a los nuevos avances, las empresas seguirán optimizando sus recursos.
Greenspan no dio sin embargo ninguna pista sobre las futuras decisiones de la Reserva Federal. Los analistas apuntan a que debería mantener los tipos cuando vuelva a reunirse el próximo 3 de octubre y continuar con el nivel actual hasta las elecciones presidenciales del 7 de noviembre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.