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Un fallo del maquinista causó el choque de trenes en la estación de Sant Vicenç dels Horts

Un error humano fue el desencadenante del accidente en el que un tren descarriló después de embestir a otro convoy que se encontraba detenido en una vía muerta junto a la estación de Sant Vicenç dels Horts (Baix Llobregat), cerca de Barcelona. Los técnicos de Ferrocarrils de la Generalitat han concluido que fue un fallo del maquinista del semidirecto que se dirigía a Manresa (Bages), quien incomprensiblemente no frenó ante la cercanía de un semáforo en rojo que indicaba que debía detenerse.El análisis de los registros de seguridad, equivalentes a las cajas negras de los aviones, ha permitido excluir cualquier fallo técnico y comprobar que todos los sistemas se encontraban activos. Estos registros permiten conocer la velocidad a la que circulan los trenes, la situación de la señalización y la posición de las agujas de cambio de vías, además de otras cuestiones complementarias.

Del análisis de los registros llevado a cabo por los técnicos se deprende que el convoy se encontró con una señal en ámbar, que indica la proximidad de otra señal en rojo. La luz en ámbar obliga al maquinista a aminorar la marcha para llegar completamente frenado a la siguiente señal y detenerse. El semidirecto no podía pasar porque aún no se había procedido al cambio de agujas para situar el tren en la vía adecuada. Al percibir la señal en ámbar, el maquinista, que cuenta con más de 18 años de experiencia, comunicó a los controles que había visualizado el dispositivo de advertencia, pero no redujo la velocidad como es preceptivo.

Así, cuando la señal en rojo se le echó encima, el maquinista activó el sistema de frenado de emergencia. Al mismo tiempo, se activó de manera automática el sistema de seguridad activa del tren. El sistema de frenado de emergencia consiguió reducir su velocidad hasta 39 kilómetros por hora, pero no pudo evitar entrar en la vía muerta y colisionar con un tren que se encontraba estacionado y que acababa de dejar su pasaje.

El maquinista del tren que se encontraba estacionado, José Luis Marín, de 41 años, fue la única persona que resultó herida de consideración. El conductor fue trasladado al hospital de Bellvitge con fractura del fémur izquierdo y diversas contusiones de las que evoluciona favorablemente. Otros dos viajeros requirieron asistencia ambulatoria.

En el tren que causó la colisión viajaban una treintena de personas. Los pasajeros vivieron momentos de angustia hasta que pudieron salir de los coches. Como consecuencia del choque se produjeron desperfectos en los dos vagones que entraron en colisión. El tercer vagón del semidirecto quedó volcado sobre la vía.

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