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VERANO 2000ANTONIO MARTÍNEZ - JORNALERO

Medio mes de peón para sobrevivir todo un año

Ginés Donaire

El reloj empolvado en el que apenas se divisan los números marca las 13.45. Antonio Martínez Contreras no puede disimular un sentimiento de evasión cuando está próxima la hora de dar de mano. No es para menos. Lleva desde las 7.00 envuelto en arena, cemento y adoquines. Antonio es uno de los miles de jornaleros que en Andalucía y Extremadura forman las cuadrillas de obreros del paro comunitario.Él no ha tenido tanta suerte como otros y el Inem le ha reclamado para trabajar durante 15 días en una obra municipal justo cuando más calienta el sol en su pueblo, Torredonjimeno, en plena campiña sur de la provincia de Jaén.

Antonio, junto a otros cinco compañeros, empezó el pasado día 9 de agosto un turno de 15 días en unas obras de pavimentación y renovación de la red de aguas de la calle Tarifa, de Torredonjimeno. Las obras se financian con cargo al AEPSA (Acuerdo para el Empleo y la Protección Social Agraria), antes llamado PER (Plan de Empleo Rural).

Con estos 15 jornales (por los que percibe unas 75.000 pesetas), sumados a otros tantos que pueda realizar en la campaña de la aceituna, tendrá derecho a los seis meses de subsidio agrario con los que podrá ir tirando durante el resto del año. "Yo me voy apañando con esto porque estoy soltero, pero el que tiene que sacar adelante a una familia apenas tiene para llegar a final de mes", asegura este obrero cuyo rostro deja al descubierto las fatigas de un trabajo ya de por sí sufrido como el que más, pero que en verano no desea para casi nadie.

"Nos han llamado ahora y no tenemos más remedio que aceptar, porque si no te quitan el paro", explica Antonio mientras se seca la sudor después de haber estado cerniendo la arena que utilizará para elaborar la masa que servirá al capataz de la obra. "Las peores horas son a partir de las doce de la mañana, cuando el termómetro traspasa la barrera de los 40 grados", se lamenta este obrero, pintor de profesión, ahora en el paro. Por si fuera poco, en la calle donde ahora tienen el tajo estos obreros no hay ni una bendita sombra, ni siquiera bajo las puertas de las casas.

Menos mal que los vecinos de la calle que está siendo remodelada por Antonio y sus compañeros de cuadrilla siempre se apiadan de estos sufridos albañiles y les ponen a su disposición el principal objeto de deseo durante los pequeños descansos que se toman a lo largo de la mañana: el agua fresquita. Hasta tres litros llega a consumir Antonio en cada jornada de trabajo, "y a veces cae alguna cerveza con la que nos obsequian los vecinos, que tampoco viene mal, sobre todo cuando está muy fría", precisa.

Antonio, de 48 años, es el peón de la cuadrilla, por lo que tiene que desempeñar los trabajos más ingratos, desde pelearse con el martillo compresor hasta encargarse del funcionamiento de la hormigonera. Que nada les falte a los maestros de obra, en definitiva. A veces es llamado hasta dos veces cada año para trabajar como peón en las obras del AEPSA, pero nada como hacerlo en los meses más fríos del calendario: "Hay un abismo entre el verano y el invierno. Estar dando el callo tantas horas expuestos a un sol de justicia es algo que no lo deseo para nadie".

Cuando acabe su jornada laboral, que en otros pueblos de la geografía andaluza prosigue por la tarde, Antonio irá en busca de la ducha, el almuerzo y, sobre todo, de una buena siesta, en sintonía con una costumbre convertida en modo de vida en Andalucía.

Mañana será otro día y espera otro madrugón. Antonio volverá a reencontrarse con la misma rutina, al menos hasta el próximo día 25. A partir de ahí, se convertirá en un parado más de los muchos que pueblan las plazoletas céntricas de los pueblos andaluces. Eso si alguien no lo llama para pintar su casa. En caso contrario deberá esperar hasta la campaña de la aceituna, donde será uno de los 100.000 jornaleros que inundan los olivares jiennenses.

De alguna manera, Antonio Martínez representa la imagen más característica en el medio rural andaluz. Sólo en la provincia de Jaén son más de 25.000 los perceptores del subsidio agrario.

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