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VERANO 2000FLAMENCO

Savia nueva desde la Fuente Vieja de Utrera

El ciclo Bienal va por barrios llegó el jueves al Distrito Este con la actuación de un cuadro de la localidad sevillana de Utrera. El lugar elegido para este espectáculo fue el Parque Amate, con cuya vegetación se pretendían mitigar, en la medida de lo posible, las altas temperaturas del estío sevillano.Utrera es un pueblo con una gran tradición dentro del mundo del flamenco, por ello la organización de la Bienal ha incluido un cuadro de esta localidad en dos noches del ciclo. Importantes dinastías flamencas, entre las que destacan la de los Peña o la de los Pinini, estuvieron representadas en este espectáculo.

La Fuente Vieja, rincón tradicional de Utrera situado entre las plazas de la Constitución y de Santa Ana, fue el referente geográfico elegido por estos jóvenes artistas como marco simbólico de su espectáculo.

El cuadro debutó a las 22.30, de la mano de Jesús de la Frasquita por romance y, a continuación, por soleá por bulería, pero su actuación fue deslucida por los problemas de sonido.

Tras una breve pausa para corregir el desajuste, el mismo Jesús de la Frasquita volvió a cantar por seguiriyas, mostrando su alto nivel. A continuación, Encarna Jiménez cantó y bailó por tangos, con un bonito traje negro que proporcionaba mucho juego a sus desplantes y vueltas.

Tomás de Perrate la secundó por soleá y, más tarde, por bulería, aunque esta primera parte no dio de sí todo lo que se esperaba, ya que el público sé mostraba excesivamente frío, lo que impidió la tan necesaria complicidad para los que están pisando las tablas.

La segunda parte empezó de manera diferente, ya que Mari Peña interpretó las clásicas cantiñas del Pinini y encendió así el hasta entonces frío pábilo de la noche. Jesús de la Frasquita, por bulerías, con la guitarra de Pitín hijo sonando a Morón, subió aún más el nivel y arrancó los primeros olés a compás de la noche. La letra de toná que hizo por bulerías le puso a más de uno los vellos de punta.

Encarna Jiménez, en su segunda intervención, trajo al recuerdo de muchos de los presentes en el parque, con varias letras de cuplé en clave de soleá por bulería, grandes nombres de la historia del flamenco de la localidad como Bambino o Bernarda de Utrera.

De ahí al final, el cante por bulerías de Tomás de Perrate, Mari Peña, Antonio Mari Nico y el baile de El Pelusa hicieron que el público terminase rindiéndose a la evidencia. En el fin de fiesta se desató por completo la espontaneidad y hasta Pitín hijo dejó la guitarra a un lado para marcarse una graciosa pataíta, con la que recogió a todo su grupo del escenario. El Parque Amate quedó así impregnado con el más puro sabor del flamenco de Utrera.

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