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En prisión dos guardias civiles de Barajas por introducir cocaína

'Inspección a fondo'

La organización de narcotraficantes desmantelada por introducir cocaína por el aeropuerto de Barajas tenía su base de operaciones en un piso de Tres Cantos, según fuentes policiales. Desde allí organizaban la importación de la mercancía y su distribución. El juez ha ordenado el ingreso en la prisión de Alcalá-Meco de dos de los tres guardias civiles acusados de facilitar la entrada de la droga en maletas, prevaliéndose de su empleo en el Resguardo Fiscal del aeropuerto. La red de la que supuestamente formaban parte distribuía cocaína en Madrid y otras comunidades.La Brigada de Policía Judicial de Madrid mantiene abierta la operación antidroga, que de momento se ha saldado con la detención de siete personas, según fuentes policiales. Entre los detenidos están el sargento en situación de reserva activa Eduardo G. S., de 53 años; su hermano, Adolfo G. S., de 43, guardia civil, y el también guardia Antonio A. A., de 40 años. Estos dos últimos, destinados en la unidad de perros adiestrados para la detección de drogas, han ingresado en prisión. El resto de los detenidos son Rosalba C. R., de 49 años; su hijo, Carlos Gerardo R. C., de 23; José C. D., de 39, y Rafael S. F., de 26.

Rosalba está considerada como la responsable de la banda en España. Su casa de Tres Cantos servía de cuartel general de la red. Ahí vivía junto con sus hijos, entre ellos el detenido Carlos Gerardo R. C. Desde el piso, Rosalba organizaba tanto la importación y como la distribución de la cocaína.

Para garantizar que los envíos de cocaína llegaban sin peligro de ser interceptados, Rosalba contactaba con Adolfo, uno de los guardias civiles destacados en Barajas. Juntos acordaban la fecha de la transacción de droga. La cocaína llegaba de Colombia en maletas que eran embarcadas en los vuelos solas, sin pasajero. Los compinches colombianos las marcaban en el aeropuerto de Bogotá con etiquetas falsas que no constaban en los registros.

Tras comprobar que el equipaje era el envío que esperaban y, una vez que los perros adiestrados en la detección de droga olisqueaban el bulto, los agentes lo retiraban con la excusa de que lo querían inspeccionar más a fondo. Así, se llevaban a un lugar discreto la maleta y la vaciaban de cocaína. A las siete de la mañana del pasado domingo, inspectores del grupo XVIII (sección de estupefacientes) de la Brigada Judicial de Madrid, que llevaban casi un año al acecho de este entramado mafioso, interceptaron una maleta con 31 kilogramos de cocaína a pie de pista, nada más ser descargada de la bodega del avión que la había transportado de Colombia a Madrid. Acto seguido, los policías procedieron a la detención del guardia civil Antonio A. y el sargento Eduardo G. S. El hermano de este último, Adolfo G. S., fue localizado y arrestado cuando se hallaba de vacaciones en Pontevedra. La Jefatura Superior de Policía sospecha que el grupo de narcos logró introducir más de 100 kilos de cocaína en los últimos tres meses.

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