Detenido en Turquía el 'narco' que huyó de España en 1995 por un retraso judicial
Desde que hace 12 años quedara parapléjico por disparos de la policía turca, Urfi Cetinkaya, el mayor traficante de heroína de Europa, ha vivido acechado. Pasó cuatro años preso en España, donde fue detenido en 1991, y huyó en 1995 tras obtener la libertad provisional por un retraso judicial. Cetinkaya, de 51 años, fue detenido en la madrugada del lunes, con otras 14 personas, en Estambul después de que agentes turcos, españoles y portugueses le siguieran durante meses. Cetinkaya es responsable de más de 10 redes desarticuladas en España.
La policía turca ejecutó en la madrugada del pasado lunes una operación que esperaban hace mucho tiempo varios países a los que llegaban sin problemas los tentáculos de una inmensa organización delictiva. Cuando creyó haber reunido las pruebas "suficientes" contra el narcotraficante, se abalanzó sobre él. De noche. Ni Cetinkaya ni sus hombres pudieron escapar. Cayeron también 14 presuntos colaboradores de alguien que, según la policía española, presume delante de sus hombres de poder reunir 500 kilos de heroína con un mero gesto.Los datos del operativo policial siguen estando oscuros. En la noche del domingo al lunes los agentes intervinieron varios domicilios y centros de trabajo en Estambul y detuvieron a 15 integrantes de la red. Junto a Cetinkaya fue capturado su lugarteniente, Çemal Nayir, también conocido como Ismail Kizmaz, considerado el dirigente de la banda con más actividad en España.
Fuentes policiales españolas barajaban ayer la posibilidad de que algún agente se traslade a Turquía para colaborar en el procesamiento de varios de los detenidos. Un fiscal turco visitó España en enero para agilizar su persecución: la Fiscalía Antidroga les entregó unas cintas magnetofónicas grabadas en turco a Cetinkaya que han aportado pruebas contundentes.
Entre los centros de operación de El Paralítico figura de forma muy señalada España, donde en los últimos cuatro años fueron detenidas en nueve operaciones 56 personas relacionadas directamente con su imperio. Vendían droga en todas partes: Barcelona, Madrid, Valencia, Galicia, Andalucía. El botín aprehendido: más de una tonelada de heroína, que puede valer, según los precios variables del mercado negro, más de 50.000 millones de pesetas.
Los trabajadores de la organización proceden de lugares muy distintos: turcos, españoles, nigerianos, portugueses, iraníes... Agentes de la Unidad Central de Estupefacientes de la Dirección General de la Policía española, junto a los portugueses, han estado colaborando "mucho tiempo" con Turquía para estrechar el cerco sobre el detenido.
El Paralítico se encuentra desde el lunes en una prisión de Estambul. El sistema legal turco permite que un detenido pase en la cárcel seis días incomunicado, el doble de los que concede la legislación española.
No es la primera vez que Cetinkaya pisa una prisión. Precisamente fueron las autoridades españolas las que lo atraparon, el 15 de septiembre de 1991, en Madrid, a donde había venido, en su silla de ruedas, como señal intimidatoria para asegurarse de que un moroso le pagara su deuda.
No llevaba droga. Tampoco había ninguna orden de búsqueda y captura contra él. Pero la incautación de un alijo con su marca permitió a la policía echarle el guante. A él, a su hermano Erdogan y a varios colaboradores, entre los que estaba Ekrem Turmus, con fama de duro, cuyo cadáver fue encontrado en un estercolero, medio cuerpo rajado, en diciembre de 1995, cinco meses después de que fuera liberado junto a su jefe y el resto de los detenidos.
Habían pasado cuatro años de prisión preventiva, el máximo legal permitido, a la espera de juicio. Pese a que el fiscal pedía 23 años para Cetinyaka por tráfico de drogas y contrabando, la Audiencia Nacional lo dejó libre bajo fianza de 25 millones de pesetas.
El Paralítico no esperó su turno: huyó a su país, donde continuó, en la clandestinidad aunque bajo seguimiento policial, manejando los resortes de la organización de tráfico de heroína más poderosa de Europa. Un negocio que tiene su vivero en una zona comprendida entre Afganistán, Tayikistán y Pakistán, cuyo opio es después tratado en laboratorios del noreste de Turquía.
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