Robo
Esto es lo que pasó: el viajero estaba en la terminal internacional de Barajas, ante la ventanilla de venta de billetes de Iberia, tratando de superar sólo con la voz los gruesos cristales que separan a los clientes de las señoritas que guardan en su ordenador los secretos de nuestro propio viaje. En ese breve instante que media entre el primer grito y la respuesta amabilísima de la azafata de tierra tan blindada en su oficina, el viajero repara en que su bolsa de mano, que había quedado tras él mientras efectuaba los trámites que le habían situado ante esa ventanilla, ha desaparecido, es un soporte literario y ridículo que ha perdido todo el sentido que hasta entonces tenía; la azafata de tierra que está dentro de aquel carro blindado que es la oficina de billetes no ha visto nada; nadie ha visto nada y ya no hay nada, absolutamente nada encima del carrito metálico y mudo, inservible y cómplice involuntario de los ladrones. En la oficina de la policía unos agentes muy comprensivos te cuentan qué hacen los ladrones luego, dónde intentan colocar la mercancía -un ordenador, papeles, un lápiz recién afilado, una novela recién empezada, unos poemas de amor, "nada, de todo eso sólo les interesará el ordenador, que lo venderán vacío"-, te enseñan fotos de sospechosos posibles, mujeres, sobre todo, ladrones de aeropuerto que están apostados en cualquier rincón y que tienen ese lugar -las oficinas de ventas de Iberia, Terminal 1, planta alta, Barajas- como su lugar de operaciones, allí te esperan para llevarse el equipaje de papel que has dejado para leer en el avión... Y al final te dan un formulario, tú lo firmas y te vas de aquella oficina aséptica con la sensación que se tiene un minuto después de haber visitado a un médico comprensivo que no te quiere dar un disgusto.Una norma muy saludable del periodismo obliga a los cronistas a guardarse sus propio sucesos, y sobre todo sus propias opiniones, en favor de lo que sucede alrededor, que es lo que importa; de hecho, la mejor frase sobre el ejercicio del periodismo es la que dice que periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente. Pero hoy, y ustedes disculpen, no he podido hacer otra cosa que saltarme la norma, por si se conjura el robo.
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