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LA OFENSIVA DE ETA

Atacado un edil de UPN de Leitza que criticó los actos a favor de presos de ETA en las fiestas

José Javier Múgica, uno de los dos concejales que UPN tiene en el pequeño pueblo navarro de Leitza, gobernado por Euskal Herritarrok (EH), vio en la madrugada del pasado domingo cómo la furgoneta que utiliza para su trabajo era pasto de las llamas, atacada por un grupo de jóvenes simpatizantes de ETA. Apenas tres días antes, Múgica, de 57 años, había dimitido como miembro de la comisión de festejos local tras criticar la inclusión en el programa de las fiestas de San Tiburcio, que hoy finalizan en el pueblo, de diversos actos de apoyo a los presos de la organización terrorista.

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La furgoneta, una Ford Transit que Múgica utiliza en su trabajo -posee un establecimiento de fotografía en la localidad-, quedó destrozada, pero el resultado del ataque pudo haber sido mucho más trágico. Instantes después de comenzar a arder, en torno a las dos de la madrugada del domingo, las llamas activaron de forma fortuita el contacto del vehículo, que recorrió por sí solo los escasos diez metros que le separaban del portal del inmueble donde vive el edil debido a que la calle tiene una ligera cuesta. La salida del edificio, el número 30 de la calle Amazabal, quedó bloqueada cuando la furgoneta chocó contra ella.Múgica, casado y con tres hijos, dormía en ese momento en su piso, en la cuarta planta. Con él estaban su esposa y su hija pequeña. Otras dos de las ocho viviendas del inmueble se hallaban también ocupadas por una persona que vive sola y una familia.

"Salimos al balcón y vimos rodar la furgoneta envuelta en llamas hasta situarse ante el portal", recordaba ayer el concejal. "Nos entró miedo porque nos impedía salir de casa. Estábamos atrapados".

Mientras, las llamas crecían a apenas medio metro de un depósito de gas que abastece a todo el edificio. "Gritamos pidiendo ayuda", prosiguió Múgica, "porque las llamas tocaban las instalaciones del gas. Al final, varios vecinos lograron empujar la furgoneta y alejarla del depósito". Un vecino decía ayer que "si el depósito se hubiera visto afectado, podría haber habido una catástrofe". Los bomberos sofocaron el fuego.

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Múgica recordaba su decisión de dimitir, el pasado jueves, de la comisión de festejos por la inclusión de actos de apoyo a los presos etarras. Además, el programa oficial de las fiestas incluye en un anexo artículos favorables a la izquierda abertzale "totalmente impresentables en un programa festivo", indicó. El concejal ya había sido el blanco de pintadas junto a su casa y su negocio con lemas contra él, UPN y el PP, llamándoles "fascistas" y "asesinos".

Pese a todo, Múgica, que apenas lleva un año en el Ayuntamiento, aseguró que seguirá en su puesto y sin cambiar su vida. "El miedo en nuestra casa ha desaparecido. Nos han vacunado totalmente" desde el reciente asesinato (el 29 de julio) del ex gobernador civil Juan María Jáuregui, amigo de la familia.Tras el ataque, varios concejales de EH se acercaron a casa de Múgica para mostrarle su solidaridad personal. "En el Ayuntamiento no he tenido problemas", decía ayer el edil. La alcaldía de Leitza, localidad de cerca de 3.000 habitantes a unos 40 kilómetros de Pamplona, está en manos de EH, que tiene seis concejales, por tres de Eusko Alkartasuna (EA) y dos de UPN.

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