ESPAÑA SOBREVIVE A LOS NAUFRAGIOS DEL SIGLO XX
El valor de la ciencia
El siglo XX y la entrada de España en la modernidad no ha tenido un desarrollo tranquilo. Múltiples contradicciones marcaron un país que vivió dos "naufragios" considerables: la guerra civil y una dictadura de 40 años. Pero el esfuerzo que ha invertido la sociedad española en los últimos años por superar el desánimo con el que inició el siglo XIX es también el triunfo de hoy: lograr un país urbano, industrial, moderno y homologable con los países de su entorno. Más luces que sombras sobre el presente y futuro de España es la radiografía que varios historiadores han mostrado en el curso Un balance del siglo XX en España, que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), de Santander.España empezó el siglo XX con la experiencia de un aislamiento producto de la guerra con Estados Unidos por Cuba, una derrota que las élites y el Gobierno interpretan que se debe en parte a su ostracismo. España puso entonces todas sus energías en vincularse a otros países, pero el impulso se quebró con la guerra civil y no se recuperaría hasta los años sesenta. "No se entiende la historia de España si no se ve que todo lo que estaba en germen sufre un tajo terrible con la guerra civil, pero la intención de vincular a España con otras potencias viene marcada desde principios de siglo", explicó Santos Juliá, catedrático de Historia del Pensamiento Político de la UNED.
En cuanto al nivel científico español del siglo XX ("el gran siglo de la ciencia") ha mejorado notablemente respecto a principios de la centuria. Pero el balance de hoy no es tan satisfactorio, a juicio del catedrático de la Historia de la Ciencia, de la Universidad Autónoma de Madrid, José Manuel Sánchez Ron. Para este científico hay que ser los primeros en transformar la ciencia en un valor económico y España está aún lejos de poder competir."O se incorpora ya o será un usuario de productos de otros países. Y su éxito no depende sólo de las políticas públicas. La ciencia necesita el tirón de una sociedad que genere conocimiento y si no lo tiene, es como una isla". Sin embargo, hay algo de esa semilla de principios de siglo que España no ha sido aún capaz de repetir: el caudal intelectual y cultural del primer tercio o edad de plata, que produjo toda una generación de genios (García Lorca, Ortega y Gasset, Joaquín Costa, Sorolla...), y que fue "un momento irrepetible para la historia de la cultura de un país", indicó Juan Pablo Fusi, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Económicamente, a España (el segundo país de Europa en extensión y el quinto en población) le ha ido mejor en este siglo. El rector de la Menéndez Pelayo, José Luis García Delgado, lo calificó de "provechoso", como lo ha sido también para todos los países del sur de Europa. Se basa en que la tasa media de crecimiento de la renta de cada español ha aumentado desde 1900 a 1998 por encima de la mayoría de los grandes países europeos, sólo superada por Italia: la tasa media de crecimiento de los italianos pasó de un 0,5 en 1900 a 2,3 en 1998; España aumentó de 1 a 2,1; Alemania -sin incluir Alemania del Este- de 1,5 a 2,1; Francia, de 1,3 a 2; y Gran Bretaña no ha variado, 1,4. "No hay que subestimar nuestra capacidad. España empezó el siglo con un índice altísimo de analfabetización y hoy ningún país europeo tiene tanta proporción de jóvenes universitarios", añade García Delgado. Para este catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, España no es ni desde el punto de vista económico, político, social y cultural, "un país atípico". Pero a su juicio quedan cuestiones pendientes para la próxima centuria: la exclusión social, la inmigración y la cohesión territorial, porque se muestra convencido, como Ortega y Gasset, de que ninguna nación es completa si no participa de un proyecto común sugestivo de futuro.
Profundo cambio cultural
Juan Pablo Fusi se refirió a un erudito al que admira y que vivió todos los horrores europeos de este siglo, Ernst Curtius, para exponer un balance de este siglo cultural español: "Ha sido
el despertar asombroso de la cultura a partir de 1900, uno de los sucesos más atractivos de este siglo europeo". En cuanto al futuro, Juan Pablo Fusi se muestra más cauto. A su juicio, desde los años ochenta y noventa se está produciendo en el mundo un profundo cambio en el sistema cultural propiciado por la entrada de las nuevas tecnologías audiovisuales. Y como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las primeras cita el historiador un mayor acceso a la información. Pero como contrapartida destaca que la "alta cultura" está siendo sustituida por lo banal y lo efímero, la crítica cultural está inmersa en un proceso de desjerarquización y opina que, probablemente, desaparecerá en los nuevos mercados el interés por una cultura más académica y reposada, "más clásica en el mejor sentido de la expresión". "Ocurrirá aquí y fuera de aquí", concluyó Fusi, en Santander.
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