¿Depurada ética?
Me dirijo a usted en relación con la noticia publicada en la edición de Madrid de EL PAÍS del pasado miércoles 2 de agosto, titulada: 300 médicos del Clínico rechazan una condena por esterilizar a una discapacitada. En ella se refiere que dichos médicos consideran desproporcionada la pena de un año y medio de prisión que la Audiencia Provincial impuso a otros dos médicos por esterilizar a una menor sin autorización judicial, dada "la alta cualificación profesional y la depurada ética" que caracteriza la actuación profesional de los condenados.La noticia añade que los médicos se quejan amargamente de que su actuación se encuentre sometida al control jurisdiccional.
Noticias como ésta suscitan no pocos interrogantes: ¿cuántos médicos hay en el Clínico? ¿Qué valor estadístico tiene la opinión de los 300?
Si esterilizar a una incapaz responde a una depurada ética, ¿qué actuación de un médico queda fuera de tal depurada ética? ¿Cuándo va a ser, por fin, el paciente el sujeto y no el objeto del más o menos depuradamente ético acto médico? ¿Cuándo van a asumir los 300 protagonistas de la noticia que son empleados y se encuentran al servicio de sus pacientes, y no éstos al servicio de la experimentación, el aprendizaje, los trabajos académicos y el lucro personal de quienes les esterilizan o, en el mejor de los casos, les someten a las salas y a las listas de espera?
Todas las conductas humanas son susceptibles de control jurisdiccional, y no veo por qué han de ser una excepción los actos médicos, mucho más aún cuando la ética de una muestra de nada menos que 300 (de no sé qué universo) permite la esterilización de incapaces. Lo cierto es que mejor nos iría a los usuarios del sistema sanitario y a los médicos a los que su ética les hubiera impedido realizar conductas como la sancionada si el control jurisdiccional sobre los actos médicos y sobre el funcionamiento del Insalud fuera algo más efectivo. Probablemente dejarían de aumentar por las mañanas las listas de espera que son reducidas por los mismos médicos por las tardes mediante las famosas y magníficamente retribuidas "peonadas", y quizá trabajaran durante toda su jornada los médicos que cobran el complemento de "dedicación exclusiva" y salen corriendo antes de su hora para compatibilizarlo con sus trabajos en "la privada", por citar sólo un par de ejemplos entre muchos otros igualmente sangrantes pese a la depurada ética.-
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