El choque de una rueda con una placa de metal provocó el accidente del Concorde

La Oficina de Investigación de Accidentes (BEA) hizo pública ayer su primera hipótesis y su primer, aunque parcial, relato encadenado de los hechos que precedieron al accidente del Concorde de Air France que se estrelló el pasado 25 de julio en el aeropuerto parisiense de Roissy-Charles de Gaulle causando 113 muertos. "Es probable que la lámina metálica encontrada en la pista de Roissy sea la responsable del corte que presentaba el neumático", afirmó la BEA en un comunicado, en el que añade que aún no puede precisar de dónde salió la pieza.

Problemas en los motores

El avión rodaba a más de 300 kilómetros por hora por la pista de despegue de Roissy cuando uno de los neumáticos situados en el lado izquierdo debió toparse con la misteriosa pieza metálica, de unos 40 centímetros, lo que produjo un corte y la explosión inmediata de la cubierta de la rueda. "Los pedazos de rueda salieron despedidos con fuerte energía" explica el texto de la BEA, al tiempo que precisa que alguno de ellos "pesa más de 4 kilogramos". Para la BEA el perfil de la lámina y las características del corte que presenta la cubierta del neumático dan credibilidad a la relación causa-efecto.

"Queda pendiente determinar el proceso seguido a continuación en la serie de daños" que sufrió el pasado 25 de julio el Concorde de Air France que se estrelló dos minutos después de despegar de París contra un hotel de la vecina localidad de Gonesse causando 113 muertos. Las víctimas eran en su mayoría turistas alemanes que se dirigían a Nueva York.

"Los depósitos del ala izquierda, uno o varios, sufrieron daños que tuvieron como consecuencia una importante fuga de carburante y el incendio". El neumático explotado estaba situado bajo el depósito de combustible número 5, del que se han encontrado varios fragmentos en la pista de despegue.

Cuando un Concorde empieza a rodar lleva en sus alas 96 toneladas de queroseno y el vuelo accidentado, además de tener los depósitos llenos, llevaba también una cierta sobrecarga de equipaje, ya que los turistas que viajaban en él partían para un largo crucero y no eran los habituales ejecutivos de maletín. El piloto del aparato, Christian Marty, teniendo en cuenta todo esto ya había pedido horas antes del despegue que la torre de control le autorizase a servirse de 4.200 metros de pista en vez de los reglamentarios 3.600.

Ésta es la primera vez que la BEA ofrece una explicación clara de la secuencia de hechos que desencadenaron la tragedia del vuelo AF4590.

Sin embargo, la versión de la BEA, que tiene que acabar la primera fase de su investigación antes de que termine agosto, no proporciona una explicación de por qué uno de los motores se paró poco antes del despegue mientras otro del mismo ala izquierda empezaba a tener problemas y se sabe que perdió potencia dos veces. Tampoco aclara el origen de la pieza metálica, un dato importante para determinar la responsabilidad del accidente. En un comunicado anterior dado a conocer el pasado viernes, la BEA afirmaba que la lámina hallada hace unos días no pertenecía al Concorde.

La Gendarmería de Transportes Aéreos (GTA) se mostró ayer menos categórica en este sentido. El director de la investigación que realiza este organismo, Xavier Mulot, se negó a precisar si la lámina podría o no pertenecer al propio aparato y añadió que "una veintena de piezas fueron encontradas sobre la pista tras el accidente".

Mientras la BEA es la encargada de la investigación técnica que pretende encontrar las causas del accidente, la GTA lleva a cabo la investigación judicial para determinar su responsabilidad.

En cualquier caso este principio de explicación pudiera servir también para que el Ministerio de Transportes reconsidere su decisión de mantener los Concordes de Air France en tierra. Su titular, Jean Claude-Gayssot, había asegurado que los vuelos no se reanudarán hasta que no se aclaren las circunstancias que rodearon al accidente. Para hoy está prevista la celebración de una reunión de expertos e investigadores, incluidos miembros de la BEA, en la sede del ministerio para hacer balance sobre el resultado de las pesquisas.

La decisión de los responsables de Transportes pone en peligro la continuidad de la explotación comercial de los Concorde debido a los muchos rumores e informaciones que circulan sobre los problemas del único avión supersónico existente para vuelos comerciales. British Airways, la única otra aerolínea que utiliza los Concorde, reanudó los vuelos de estos aparatos al día siguiente del siniestro.