Hallado un hongo gigante que ocupa 890 hectáreas y tiene 2.400 años
Análisis del ADN
Ocupa casi 900 hectáreas, el equivalente a otros tantos campos de fútbol, tiene un grosor medio de un metro, vive bajo tierra y físicamente parece una maraña de cordones. Es el mayor organismo vivo del que se tenga noticia, cuenta con unos 2.400 años de vida y su existencia acaba de ser descubierta en Oregón, en el noroeste de Estados Unidos. Es el Armillaria ostoyae, un hongo asesino de árboles que ocasionalmente emerge a la superficie en forma de setas doradas, comestibles pero no sabrosas, conocidas como las setas de la miel.El gigantesco hongo llevaba una vida discreta en el bosque nacional de Malheur, en las Montañas Azules, no lejos de Prairie City, un pueblo de poco más de mil habitantes al este de Oregón. Sobre el terreno sólo llaman la atención esporádicos calveros y desperdigados grupos de árboles secos. Hace un par de años, llegaron a oídos de Catherine Parks, una investigadora de la Pacific Northwest Research Station en La Grange, noticias de una extraña mortandad de árboles cerca de Prairie City.
Parks se fijó un área de trabajo en el bosque y recogió muestras de raíces de 112 ejemplares. Mediante análisis del ADN identificó al hongo y, analizando las muestras recogidas, descubrió que 61 pertenecían al mismo organismo, que se extendía por cientos de metros a lo largo y ancho de la zona. "No hay nada que se haya medido científicamente, sea planta o animal, que sea tan grande", subraya Gregory Filip, profesor en la Universidad del Estado de Oregón y experto en el armillaria. El anterior gigante era otro armillaria descubierto en 1992 en el Estado de Washington, fronterizo por el norte de Oregón, que se extendía por unas 600 hectáreas. Las variedades de este hongo en otras partes del mundo, Europa incluida, no van a más allá de unas cuantas hectáreas de extensión.Catherine Parks estima que su ejemplar puede tener unos 25 siglos de vida, pero no descarta que sea el doble o el triple de viejo. "Vive bajo tierra y se extiende muy lentamente de árbol a árbol a través de las raíces o crece por el suelo mediante una estructura parecida a los cordones de los zapatos, llamadas rizomorfas". El hongo se hace visible con las lluvias de otoño en grupos de setas doradas que crecen junto a los árboles atacados. "Es sólo la punta del iceberg respecto a su tamaño e impacto en el bosque", dice la investigadora.
El armillaria es un hongo asesino: cubre las raíces de los árboles con una capa blanca de filamentos (micelios) que absorben el agua y los carbohidratos del ejemplar atacado para alimentar al hongo. Pero esa muerte tiene su función en el ecosistema del bosque. "La enfermedad en las raíces produce claros donde se instalan otras especies de madera dura u otros tipos de coníferas, con lo que aumenta la diversidad del bosque", señala Parks.
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