Korta era un 'abertzale' de toda la vida", afirma el alcalde de Zumaia
Unas 10.000 personas dieron ayer en Zumaia su adiós a José María Korta, penúltima víctima de ETA. Formaron más de un kilómetro de manifestación y recorrieron las calles mientras las campanas de la iglesia recordaban que el industrial ya no volverá a pasear por sus calles. El alcalde, Ricardo Peña, del PNV, recibió una gran ovación cuando recordó a ETA "que la tierra anegada de sangre es estéril". "Abertzale de toda la vida, estuvo profundamente comprometido con la paz", añadió. Un sobrino de Korta pidió a los vascos que elijan entre los asesinos y quienes construyen la sociedad.
El dolor y la tristeza eran patentes en los vecinos de Zumaia, muchos de los cuales lloraron mientras el alcalde, Ricardo Peña, despedía a José María Korta y cuando el sobrino del presidente de la patronal guipuzcoana dirigió sus últimas palabras a su tío, asesinado con un coche bomba en la puerta de su empresa. Allí estaban muchos de sus trabajadores, acompañados por los dirigentes de Adegi y representantes de todos los partidos, excepto Herri Batasuna. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, acompañó en todo momento al vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Hacienda, Rodrigo Rato.El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, que ofició el funeral de cuerpo presente, pidió a los empresarios que "resistan, como ya lo han hecho en otros tiempos difíciles". Además, constató el absurdo del asesinato de Korta: "Ha sido acallada para siempre una persona comprometida con el diálogo y el entendimiento. Un ciudadano íntegro y cabal ha sido eliminado. ¿Para qué? ¿Para construir qué pueblo? ¿En nombre de quién? ¿Con qué derecho? ¿Por qué?
La marcha discurrió en silencio, detrás de una pancarta en la que se le decía a ETA: "Ya es suficiente. El pueblo tiene la palabra". Y arrancó cuando las campanas de la iglesia se convertían en notario de la muerte. Los familiares más próximos se fueron a enterrar a Korta y sus sobrinos abrieron la marcha seguidos de los miembros del Gobierno vasco y los representantes de los partidos. Allí estaba también el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y varios miembros más de la ejecutiva nacionalista.
Delante de todos iba un coche con las matrículas tapadas y una máquina electrónica que difumina las frecuencias de radio para evitar que ETA pueda explosionar un coche bomba al paso de las autoridades. Y detrás de los cargos públicos viajaban los vecinos, que cubrían un kilómetro y cuyos comentarios resaltaban el absurdo del asesinato.
Incomprensión que también subrayó, en medio de las muestras de dolor, el alcalde, el penuvista Ricardo Peña. Al finalizar la caminata, los cerca de 10.000 manifestantes congregados en un pueblo, que tiene 8500 habitantes, le escucharon decir: "Han asesinado a un trabajador nato y a un hombre comprometido con su pueblo, un hombre que fundó la ikastola" de Zumaia. A renglón seguido recibió una gran ovación de todo el pueblo, que hizo suyas las palabras: "Abertzale de toda la vida, José Mari estuvo profundamente comprometido con la paz. Además, era un firme defensor del diálogo como instrumento de solución del conflicto en que vivimos. No vamos a sucumbir a la imposición de los asesinos porque la tierra anegada de sangre es estéril".
Fue un día de preguntas sin respuestas. El último en tomar la palabra, al finalizar la concentración, fue el sobrino del empresario, Oier Korta, quien, con lágrimas contenidas en los ojos, preguntó "¿A quién le ha hecho daño José Mari? ¿En qué ha faltado a su pueblo? ¿En su trabajo en favor del euskera y de la ikastola? ¿En su colaboración en la creación de puestos de trabajo? ¿Cuál ha sido su delito? ¿Qué es lo que buscan los que han matado a José Mari? ¿Qué es lo que buscan quienes nos han asesinado a José Mari?".
Casi a punto de empezar a llorar, Oier concluyó que "quienes han asesinado a José Mari buscan asesinar una construcción popular fundada en el humanismo ético que guió su vida".
A su vez, Rato calificó la ofensiva de ETA como "un ataque contra el futuro y la libertad de todos los vascos".
Múltiples concentraciones
La tensión fue la nota predominante en la concentración que se celebró ayer, a las 12.00 horas, frente al Ayuntamiento de San Sebastián, como respuesta a la convocatoria realizada por el Gobierno vasco para condenar el penúltimo asesinato de ETA y a la que acudieron centenares de personas.En la concentración silenciosa de 15 minutos que se celebró frente a la Diputación de Vizcaya en Bilbao, el portavoz del PNV, Íñigo Urkullu, insistió: "Todos somos objetivo de ETA" y mostró su solidaridad a los familiares de Korta.
Por otro lado, el diputado general en funciones, José Luis Bilbao, dijo que ETA "sobra y estorba" y también subrayó: "Todos somos víctimas. Debemos estar con los que sufren. Hoy, con los empresarios; ayer, con los políticos socialistas, y en otro momento, con los periodistas".
Varios cientos de personas se concentraron frente a la Diputación de Guipúzcoa, en San Sebastián. La convocatoria se realizó en un ambiente de normalidad. Entre los asistentes se encontraba el equipo de Gobierno de la entidad foral, excepto el diputado general, Román Sudupe, que asistió al acto realizado a la misma hora frente al Ayuntamiento de Zumaia.
Ya por la tarde se realizaron nuevas concentraciones, en diferentes puntos de Euskadi, convocadas por Gesto por la Paz.
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