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Interior proyecta limitar los accesos a varias zonas montañosas para prevenir incendios

Algunos de los accesos a la sierra de Prades y a la zona conocida como los Ports de Beseit, en las comarcas del sur de Tarragona, podrían quedar restringidos al tráfico de vehículos y al paso de personas en los próximos días. El Departamento de Interior está proyectando esta medida para reducir el riesgo de incendios y garantizar la seguridad de las personas, que podrían quedar atrapadas en caso de producirse un fuego, según explicó ayer un portavoz oficial. Las restricciones sólo afectarían a personas foráneas y se aplicarían después de pactarlas con los ayuntamientos.

Las restricciones de paso que planea Interior para estas dos zonas del sur de Cataluña se aplican ya desde hace tres semanas en el macizo gerundense de las Gavarres. En todos los casos se trata de una decisión que adopta la Dirección de Emergencias y Seguridad Civil de la Generalitat como medida preventiva y a propuesta de los agentes forestales y de los bomberos.Un portavoz del Departamento de Interior explicó ayer que todavía no existe una fecha fijada para la entrada en vigor de estas restricciones en la zona de Prades y de los Ports de Beseit. En todo caso, precisó, se aplicarán en función de la situación meteorológica y de lo elevado que sea el riesgo de producirse incendios. También explicó que antes se consultará con los alcaldes de las zonas afectadas. Algunos de ellos mostraron ayer su escepticismo respecto a la eficacia de estas medidas y censuraron no haber sido consultados previamente. "No se hará nada sin hablar primero con los alcaldes", aseguró Interior. En todo caso, con independencia del día en que se empiecen a aplicar las restricciones, lo que ya está decidido es que no afectarán a los vecinos de la zona, a los propietarios de los terrenos ni a los agricultores, a los que se les supone un mayor conocimiento de la orografía de la zona.

Críticas de Maragall

El presidente del PSC, Pasqual Maragall, que ayer visitó la zona quemada por el incendio del Alt Empordà, reclamó a la Generalitat que mejore la política de prevención de los espacios naturales. El líder socialista criticó que sólo haga año y medio que está creado el parque natural del Cap de Creus y que sólo se le hayan destinado 500.000 pesetas para su gestión anual. Maragall definió Cataluña como el "país de la lengua honrada y de la tierra quemada", y afirmó que durante 20 años se ha defendido sus símbolos y su identidad, pero no ha protegido sus paisajes Respecto a la política forestal, Maragall se unió a la opinión de los alcaldes del área afectada por el incendio, que el lunes pidieron un cambio en la política de la Generalitat. Aseguró que es necesario que las instituciones empiecen a decidir sobre temas tan elementales como qué especies deben plantarse. El ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, estuvo también ayer en la zona quemada y anunció que el Gobierno tiene una "predisposición absoluta" para colaborar con la Generalitat en la regeneración del área calcinada.

Por su parte, el presidente del consejo nacional de ERC, Joan Ridao, anunció ayer que este partido solicitará la comparecencia parlamentaria ante la comisión de estudios sobre incendios de los consejeros de Medio Ambiente e Interior, Felip Puig y Xavier Pomés, respectivamente.

De paraíso a desierto

Los empresarios temen que el fuego del Alt Empordà reduzca el turismo

Sin embargo, Lluís Fernández fue tajante al asegurar que "no es lo mismo caminar sobre un paraíso que sobre un desierto", por lo que, añadió, "aunque se trate de un turismo minoritario, las agencias especializadas que ofrecen ecoturismo seguramente notarán un descenso de demanda en los próximos años, porque es evidente que no podrán ofrecer lo mismo que hasta ahora".El presidente de los hoteleros de la zona destacó que el número de este tipo de visitantes aumenta cada año y que no sólo proceden de España, sino también de Francia, Bélgica e incluso Finlandia y Estados Unidos, entre otros países. "Son personas que no buscan el típico sol y playa, sino disfrutar de la riqueza ecológica y cultural de una zona como el Cap de Creus, y ahora habrá que esperar unos 8 o 10 años para que recupere su esplendor".

Lluís Fernández, que es propietario de un conocido hotel en Llançà, uno de los municipios más afectados por el incendio, destacó que ninguno de sus clientes ha decidido marcharse antes de lo previsto. El sector hotelero de la Costa Brava califica de muy positivo el anuncio del Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de destinar 500 millones de pesetas para reforestar el territorio afectado. A pesar de ello, igual que han hecho diversos colectivos ecologistas y alcaldes de los pueblos afectados, Lluís Fernández pidió que se respete la vegetación autóctona, formada por encinas y alcornoques, que son "mucho más resistentes que los pinos plantados después de los incendios de años atrás". "Si no se hace así, no hay nada que hacer", concluyó.

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