Internet

Internet es la palabra con la que desayunamos, comemos y cenamos. Tal vez porque no he descubierto su atractivo, o porque estoy harta de que me lo vendan como modernez irremediable, comunicarme por la red, informarme a través de ella o realizar compras, no me resuelve la vida, ni poco ni mucho.Aunque deduzco mi error desde que Aznar ha valorado como objetivo prioritario, conectar todos los hogares españoles a Internet, más prioritario, parece, que incrementar las ayudas familiares. Además, el grupo de los siete países más desarrollados (G-7) ha decidido tras reunirse en Okinawa, que lo que necesitan los países pobres es apuntarse a la revolución de Internet, por lo que están dispuestos a una inversión multimillonaria en tecnología de comunicación, de paso que favorecen la exportación de los gigantes electrónicos. Es una decisión opinable y cualquier ayuda será bienvenida, pero parece más lógico empezar por paliar las necesidades básicas de estos pueblos, apostando por la salud y la educación. No se puede intentar generar futuros internautas en una población diezmada por la enfermedad, hambrienta, muchas veces analfabeta, y en unos países carentes de infraestructuras incluso de electricidad.-