Milosevic tensa
Nadie ignora que cuando de defender su permanencia en el poder se trata, Slobodan Milosevic carece de cualquier escrúpulo. No sorprende por tanto que, cuando acaba de convocar elecciones para el 24 de septiembre, Milosevic haya comenzado su particular campaña electoral acusando a Occidente y a la oposición de conspirar para asesinarle e intentando erigirse así de nuevo en el adalid de la independencia y soberanía de su Yugoslavia. La detención de dos británicos y dos canadienses acusados de espionaje contra Yugoslavia no se entendería fuera de ese marco.Los ahora capturados se suman a los cuatro holandeses hechos prisioneros por las fuerzas de Milosevic hace una semana. Se trata de dos instructores de la policía kosovar y dos miembros de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), respectivamente. Milosevic tiene así de nuevo ocho rehenes occidentales, como durante la guerra de Bosnia tuvo decenas de cascos azules y miembros de la propia OSCE atados a objetivos militares estratégicos.
Las detenciones coinciden con la escalada de tensión frente a Montenegro que Milosevic practica desde hace más de un año, pero que tenía necesariamente que acelerarse ante la convocatoria de elecciones y la firme decisión de la presidencia montenegrina de Milo Djukanovic de boicotear las elecciones. El presidente serbio se ha preparado una ley a la medida que le abre la vía para su reelección para dos nuevos mandatos y cercena drásticamente los derechos y poderes de Montenegro en la federación. Esta pequeña república es la única que mantiene su alianza institucional con Serbia, manteniendo así la ficción de la subsistencia de Yugoslavia. Djukanovic ha pedido reiteradamente ayuda a Occidente ante las maniobras de desestabilización del Ejército serbio y los seguidores de Milosevic.
Las expectativas de continuidad de Milosevic dependen en buena medida de la unidad (y la inteligencia) de la oposición. Los síntomas no son muy alentadores. En vísperas de la reunión que hoy iban a celebrar una quincena de partidos de oposición para concertar una candidatura única a las presidenciales, la principal de entre esas formaciones, el SPO de Vuk Draskovic, se adelantó ayer designando unilateralmente al alcalde de Belgrado, Vojislav Mihailovic, como candidato. Ello interfiere las gestiones en curso para ofrecer la candidatura a Vojislav Kostunika, un nacionalista moderado que, según las encuestas, sería el único con posibilidades de derrotar a Milosevic.
Los intentos de éste de tensar la situación mediante un nuevo conflicto, esta vez con Montenegro, y de nuevas provocaciones a la comunidad internacional para presentarse como víctima de la conspiración universal, se ven así favorecidos, lo que no es nuevo, por torpezas evitables de la oposición.
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