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La OMS acusa a las grandes tabacaleras de organizar una guerra sucia contra ella

La campaña secreta incluía tácticas de desprestigio, uso de infiltrados y pagos a científicos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acusó ayer a las grandes compañías tabacaleras internacionales de lanzar una guerra sucia contra la organización para desacreditarla, crearle enemigos entre otras agencias de Naciones Unidas, rebajar su presupuesto e infiltrarla con agentes dobles que trabajaban como asesores de la OMS al tiempo que recibían dinero de la industria. Se trataba de un "esfuerzo sistemático para socavar y subvertir las políticas de la OMS para controlar el tabaco", según un informe de 240 páginas hecho público en Ginebra.

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"Hemos contribuido a la confrontación"

El documento es un enorme alegato elaborado por expertos internacionales y sostenido con documentos obtenidos por la OMS tras los juicios celebrados contra la industria en Estados Unidos, uno de los cuales acaba de concluir en Florida con una sentencia histórica que impone a las tabacaleras indemnizaciones por valor de 25 billones de pesetas. "Lo que queda claro ahora es la dimensión y la intensidad de las tácticas utilizadas por la industria en su campaña" contra la OMS, dice Thomas Zeltner, presidente del comité investigador, que encargó la elaboración del documento el pasado año.

El informe arroja luz sobre una reunión secreta celebrada en diciembre de 1988 en Boca Ratón (Florida) por responsables de Philip Morris, la primera tabacalera mundial, con el objetivo de definir una estrategia de actuación contra la OMS. "Los propios documentos de las compañías muestran que consideraban a la OMS, un organismo internacional de sanidad pública, como uno de sus peores enemigos", establece la investigación. Los líderes de las tabacaleras veían en la OMS poco menos que una hidra, a juzgar por un documento que ahora ha trascendido y en el que se dice: "El movimiento antitabaco está tan enmadejado e interrelacionado que cortarle un brazo o la cabeza no debería verse como una vía rápida de contención".

"Confidencial"

Un texto con el sello de "confidencial", elaborado por Geoffrey Bible, hoy presidente y consejero delegado de Philip Morris y entonces responsable de las operaciones de la compañía en el extranjero, hacía notar en Boca Ratón que la OMS "tiene excesiva influencia sobre Gobiernos y consumidores". Para rebajar ese ascendiente, Bible indicó que su multinacional -que también es propietaria de la compañía de alimentación Kraft- debería ayudar con sus alimentos a Gobiernos del Tercer Mundo que estuvieran en apuros, para así equilibrar la influencia de la OMS. Otra memoria empresarial recomendaba "dedicar recursos a frenar en seco" las campañas antitabaco en algunos países, y concretaba: "Donde tenga sentido comercial". Asimismo, otro informe señalaba que, dado que la OMS recibe notable financiación de terceras partes, "deberían explorarse medios para contener la financiación a partir de fuentes privadas".La OMS reveló ayer que las tabacaleras "confiaban mucho en expertos científicos internacionales que mantenían vínculos ocultos con la industria". Cita el caso de un español que trabajaba como asesor de la OMS en pesticidas para el tabaco, al tiempo que recibía financiación de los fabricantes de cigarrillos. Como consecuencia del descubrimiento de esta doble fidelidad, la OMS comenzó a pedir a sus asesores y funcionarios que declararan si tenían vínculos con la industria.

"Los documentos prueban que las compañías tabacaleras elaboraron estrategias globales para desacreditar e impedir que la OMS cumpliera su misión", dice el informe, que pone el ejemplo de Paul Dietrich, presidente del Instituto Internacional para la Salud y el Desarrollo. Dietrich estuvo en Boca Ratón y luego escribió artículos críticos contra la OMS en el Herald Tribune y en el Wall Street Journal sin desvelar la relación que mantenía con las tabacaleras. Dietrich, que fue incluido en un comité de la sección de la OMS para América, intentó rebajar desde su puesto la alta prioridad dada por la organización al tema del tabaco, y tampoco dio cuenta de sus amistades en el sector. Dietrich argumenta ahora a The New York Times que lo que pretendía era que la OMS se centrara en cuestiones de sanidad más importantes para los países en vías de desarrollo que la cruzada emprendida contra el consumo de tabaco.

Presión a la FAO

En esa línea, el informe acusa a la industria de presionar a otras agencias de la ONU, como la FAO (Organización de Agricultura y Alimentación), para que indicase a determinados Gobiernos que las campañas antitabaco resultarían económicamente perjudiciales, al ir contra cosechas muy lucrativas. "La industria tabacalera fue aparentemente decisiva" en el establecimiento de la Asociación Internacional de Productores de Tabaco, un grupo que actuó como pantalla de las actividades de los fabricantes. "A nadie que trabaje en el control del tabaco le debe sorprender que las tabacaleras intentaran limitar nuestra influencia", señala Zeltner. "Lo que sorprende es lo trabajado y bien financiado que estaba todo". Zeltner, que es director de la Oficina Federal Suiza de Salud Pública, fue duro al presentar el informe: "Las tabacaleras hicieron todo eso con el fin de minar el trabajo de esta organización en la lucha contra el tabaco. En el fondo, estas empresas efectuaron una tentativa de subversión bien financiada, sofisticada y generalmente invisible", informa Luis Vázquez.

Ante la reacción de las tabacaleras en el sentido de que ya han abandonado tales prácticas, Zeltner comentó: "Philip Morris y otras dicen que cambiaron de actitud. Esperamos que sea verdad. Pero continuaremos controlando lo que pasa en la OMS".

Según David Nabarro, uno de los directores ejecutivos de la OMS, "pese a todas estas tentativas de sabotaje, los esfuerzos de la OMS son más fuertes que nunca". Anunció una reunión el próximo octubre en la que se elaborará un convenio marco sobre el control del tabaco. "Allí, la industria tendrá la oportunidad de presentar su punto de vista", advirtió.

La OMS estima en cuatro millones el número de muertes anuales provocadas por el tabaco.

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