Detenido un sospechoso del asesinato de la niña Sarah Payne
La policía de Sussex, al sur de Inglaterra, detuvo ayer a Roy Whiting, un vecino de 41 años, bajo la sospecha del asesinato de Sarah Payne, la niña de ocho años hallada muerta hace dos semanas en un prado cercano a la casa de sus abuelos. Se da la circunstancia de que los agentes ya le habían arrestado y puesto luego en libertad el 2 de julio, un día después de la desaparición de la pequeña. El caso ha provocado una controversia nacional al asumir de antemano el diario sensacionalista The News of the World que el crimen era obra de un pederasta y desvelar, contra los consejos policiales, la identidad de 83 delincuentes sexuales. Cubierto por una manta azul para ocultar su rostro, Whiting fue trasladado por los agentes a una comisaría secreta para poderle interrogar con tranquilidad. La policía puede mantenerle arrestado 36 horas. A partir de entonces debe pedir permiso a los jueces para seguir hablando con él otras 60 horas. Transcurrido dicho periodo tendrá que ponerle en libertad o bien acusarle formalmente del crimen.
Seguida en vilo por todo el país, la búsqueda de la malograda Sarah ha derivado en una agria polémica entre dos grupos bien diferenciados. A un lado se encuentra la propia policía, las asociaciones en defensa del menor y los expertos en supervisar la libertad vigilada de los pederastas, que temen perderles la pista si se asustan. Del otro aparece el mencionado rotativo que ha iniciado una campaña pública para obligar al Ministerio de Interior a abrir al público los archivos policiales que guardan los datos de 110.000 delincuentes sexuales. Vedados al ciudadano corriente, éstos pueden ser consultados por las autoridades locales o los directores de escuela y centros infantiles cuando deseen más información acerca de posibles empleados.
Mientras la policía iniciaba ayer los interrogatorios, un grupo de agentes limpiaba el tramo de carretera donde fuera hallado el cuerpo desnudo de la niña. El lugar aparecía todavía cubierto de flores, cartas de pésame y hasta ositos de peluche dejados por centenares de ciudadanos anónimos. Los padres, Michael y Sara Payne, han sido los primeros en sumarse a la campaña de The News of the World.
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