Desde antes ¿Ser o tener? Emma Bonino
Todos pertenecemos a una generación, a una comunidad ideal de personas cuya formación ha estado marcada por ciertos sucesos y ciertas emociones. Es en base a este sentir común que cada generación pone a prueba sus valores y principios, que define sus ambiciones. La generación que ha precedido a la mía estaba marcada y forjada por la experiencia de la guerra. La mía -que vive la paz como un derecho- encuentra su más difusa ansia existencial en el dilema: ¿ser o tener? ¿Dedicarse a uno mismo y al bienestar material o interesarse en los otros impregnándose en el seno de la sociedad?También vosotros que tenéis veinte años vivís este dilema , pero con horizontes distintos de los nuestros. Nosotros crecimos enjaulados en la provincia, en el mejor de los casos en la nación. Pocos atravesaron estos confines. Vosotros habéis nacido ciudadnos de Europa y estais -lo querais o no- proyectados hacia el mundo de la tecnología, de los flujos de la globalización.
Tengo sólo una consigna que dar, a aquellos más interesados en ser que en tener. Para que la vida valga la pena de ser vivida, es necesario que sean mundializados -junto con capitales y tecnologías- los valores y los principios gracias a los cuales el ser humano conquista libertad y dignidad. Sabed que uno de los textos más revolucionarios en circulación sigue siendo -medio siglo después de haber sido escrito- la Declaración universal de los derechos del hombre, que afirma derechos pertenecientes a toda la humanidad y considera toda violación de tales derechos como una ofensa al género humano.
También la pobreza extrema es una ofensa al género humano y una amenaza a la paz. Pero no puede, como la tortura o la pena de muerte, suspenderse por decreto. Se la combate. Quienes como vosotros teneis el privilegio de vivir en el bienestar y la libertad tienen el deber moral y razones concretísimas para promover el respeto de los derechos humanos. Porque, como dice el Nobel Amartya Sen, la libertad -condición humana a la que acceden sólo los que gozan de todos los derechos fundamentales- no es un elemento accesorio, sino constitutivo del desarrollo económico y social.
Emma Bonino es eurodiputada.
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