Confirmada la condena a muerte por corrupción de un alto dirigente chino

Un tribunal chino confirmó ayer la sentencia de muerte para un antiguo alto parlamentario acusado de aceptar sobornos, en lo que constituye un claro mensaje del Gobierno a los funcionarios de las drásticas medidas que está dispuesto a adoptar contra la corrupción. Cheng Kejie, ex vicepresidente de la Comisión Permanente del Parlamento chino, fue sentenciado a muerte en audiencia pública por aceptar unos cinco millones de dólares (casi mil millones de pesetas) en sobornos.

De ser ejecutada la sentencia, Cheng se convertiría en el funcionario de más alto rango en ser ejecutado desde que el Partido Comunista Chino tomó el poder en China en 1949. La mayor parte de las sentencias a muerte son realizadas mediante un tiro en la nuca."Los delitos que [Cheng] cometió durante su etapa de alto funcionario dañaron seriamente el normal funcionamiento de las instituciones del Gobierno, mancharon la limpia y honesta imagen de los trabajadores gubernamentales y desacreditaron la justa reputación de los funcionarios y, por lo tanto, debe ser sancionado duramente por la ley", señala la agencia oficial de noticias china Xinhua.

Cheng, que en la actualidad tiene casi 70 años, goza todavía de 10 días para apelar la sentencia, aunque éstas casi nunca son revocadas.

Varios analistas señalaron que el Gobierno de Pekín espera que el proceso a Cheng sirva como aviso a otros funcionarios y sirva como símbolo para el pueblo chino de la seriedad con la que el Ejecutivo se ha tomado la lucha contra la corrupción. El caso de Cheng es un dramático ejemplo de cómo los altos funcionarios gubernamentales puede abusar de sus casi ilimitados poderes.

Como cabeza del Gobierno de la región suroccidental de Guangxi -un refugio de contrabandistas y traficantes de droga en la frontera con Vietnam-, Cheng se embolsó casi mil millones de pesetas en sobornos entre 1992 y 1998. A cambio, vendió tierras propiedad del Estado a bajo precio, apañó la concesión de contratos y ofreció promociones a sus conocidos, según relatan los medios oficiales, que añaden que los sobornos incluían oro, joyas y relojes de lujo.

Cheng y su amante, una mujer casada llamada Li Ping, fueron incluso grabados mientras apostaban fuertes sumas de dinero en los casinos de la ex colonia portuguesa de Macao. El proceso contra Lin está siendo llevado a cabo de forma separada. Según la prensa, Cheng pensaba abandonar a su mujer e instalarse en una lujosa mansión con Li. El proceso de Cheng se anunció en marzo, en la víspera de la sesión legislativa del Parlamento, donde el primer ministro, Zu Rongi, hizo un llamamiento a realizar "esfuerzos sin descanso" para combatir la corrupción. Sólo tres días después de que se pronunciaran estas palabras, Hu Changqing, antiguo vicegobernador de la provincia de Jiangxi, fue ejecutado por corrupción.

A pesar de esto, la impresión en la ciudadanía es que la corrupción sigue creciendo, en especial debido al escándalo financiero en la ciudad de Xiamen, donde policías, funcionarios, agentes de aduanas y banqueros están implicados en contrabando por valor de miles de millones de pesetas.