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La pacificación del socialismo asturiano, pendiente del ex presidente de Cajastur

La tensa vida política asturiana y la posible solución al conflicto interno que se vive en el PSOE de la comunidad están supeditadas a que Manuel Menéndez, de 40 años, ex presidente de Caja de Asturias (Cajastur) y frontalmente enfrentado desde hace cinco al presidente del Principado, el socialista Vicente Álvarez Areces, vuelva esta misma semana, merced al apoyo de PP y guerristas, a la presidencia de la institución financiera. Fue relevado en marzo mediante un decreto por el Gobierno regional. Guerristas y PP pretenden que Menéndez pueda permanecer en la Caja más de 19 años, aunque la nueva ley fija un límite de ocho.Menéndez ya agotó hace más de tres años, en diciembre de 1996, el plazo máximo de de ocho años de permanencia en los órganos de Caja de Asturias, pero para que su vuelta sea posible, en la tramitación de la nueva ley de Cajas, pactada por guerristas y PP frente al Gobierno socialista del Principado, de tendencia renovadora, ambas fuerzas introdujeron una disposición adicional para que, excepcionalmente, el periodo acumulado con anterioridad (11 años y tres meses, en el caso de Menéndez) no se tenga en cuenta.

La interpretación por la comisión de control saliente de Caja de Asturias, con mayoría arecista, de que tal disposición adicional no es aplicable a Menéndez, por lo que éste no podría volver al consejo de la Caja, motivó la semana pasada una furibunda reacción de guerristas y PP, quienes cuestionaron la legitimidad de dicha comisión y forzaron la constitución de otra en la que los arecistas están en minoría.

Para los guerristas y el Partido Popular, Menéndez es la persona idónea para garantizar la independiencia política de Cajastur. Para los arecistas, Menéndez no es más que un instrumento en manos de la oposición -la interna: la FSA, y la externa: el PP- para frenar el arrollador triunfo electoral de Alvarez Areces y ante el temor de ambos sectores a que su liderazgo en el Principado se consolide al margen del tradicional reparto de poder en la región.

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