Un millón y pico de comidas diarias
1.100.000 personas comen fuera de casa en Barcelona por razones de trabajo y pocas salen a cenar de lunes a miércoles
Reservar una mesa para cenar un martes en Barcelona resulta sencillo. "¿Mesa para 12 dentro de un cuarto de hora? No hay problema", se le oye decir al encargado de un conocido restaurante. Los barceloneses no salen a cenar entre semana, las noches de domingo a miércoles los restaurantes están muertos en la ciudad. Sin embargo, en Barcelona se sirven 1,1 millones de almuerzos cada día. Éstos son algunos de los resultados del estudio realizado por el Gremio de Restauración de Barcelona basado en una muestra de 2.500 establecimientos, la mitad de los cuales pertenecen al gremio. Las encuestas se han realizado en 250 bares, restaurantes y cafeterías de todos los distritos de la ciudad."Nos gustaría estimular a la gente para que saliera más a cenar", explicó ayer Gaietà Farràs i González, presidente del gremio. En Madrid es muy habitual salir a cenar cualquier noche de la semana y el movimiento de personas es enorme. El gremio se está planteando poner en práctica algún tipo de medida, como implantar la oferta de menús por la noche. "Sin embargo, resulta casi imposible reducir los precios y mantener la misma calidad. La relación calidad-precio de los restaurantes de la ciudad es de las mejores del mundo", agregó Farràs i González. Según el director del gremio, el precio de la mano de obra se ha disparado y resulta muy difícil encontrar trabajadores cualificados. La solución podría venir de la Administración.
"No hace caso de nuestra reivindicación de que se reduzcan las comisiones de las tarjetas de crédito, que suponen un 3,5% del total", dijo Farràs.
Los viernes y los sábados la situación cambia: mucha gente sale a cenar y un 85% de las cenas semanales se sirven estas dos noches. Además los consumidores pagan cantidades más elevadas. Más de la mitad gasta entre 2.000 y 4.000 pesetas, el 38% más de 4.000 y solamente un 7% gasta menos de 2.000 pesetas en una cena.
De los 1,1 millones de personas que cada día almuerzan en algún establecimiento hostelero, 600.000 son barceloneses, un 37% del total de los habitantes de Barcelona, y el resto lo integran turistas y ejecutivos de paso por la ciudad. No son especialmente exigente con sus alimentos: "Comen por la necesidad de alimentarse y no por el gusto de comer", según Farràs. Lo más importante a la hora de elegir un restaurante es el acondicionamiento del local, el trato profesional y la variedad en el menú. El 87% gasta entre 1.500 y 1.700 pesetas por almuerzo. La mayoría de los comensales son hombres, un 62% del total, según el estudio.
Las mujeres salen más a desayunar. No gastan mucho, unas 400 pesetas como máximo para tomar un café con una pasta o un bocadillo pequeño. "Hay una tendencia masiva a aprovechar las ofertas de desayuno", explicó Farràs. Esto es lo contrario de lo que sucede en Europa, donde los desayunos son más contundentes y los consumidores gastan más dinero. Un dato curioso, si se tiene en cuenta que España es uno de los países donde se almuerza más tarde de Europa.
En definitiva, "el sector de la restauración va bien en Barcelona", en palabras del director del gremio. "La intención del estudio ha sido adivinar cuáles son los aspectos que hay que potenciar en el sector de la restauración", explicó Farràs. El consumidor exige cada vez más calidad y mejor servicio en los establecimientos. Para mejorar la economía del sector, el gremio quiere poner en marcha un plan de modernización que incluya la creación de manuales que sirvan a los empresarios para evaluar si sus establecimientos están suficientemente limpios, el grado de calidad de su comida y otras cuestiones relevantes. El gremio también se ha planteado crear en octubre una bolsa de trabajo especializada para dar salida a las demandas profesionales.
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