Villalonga asegura que el Gobierno forzó su marcha

Telefónica cerró ayer la era Villalonga. El consejo de la operadora aceptó la dimisión de su noveno presidente, Juan Villalonga, y dio el relevo a César Alierta, que hasta ayer presidía la tabacalera Altadis. Villalonga reconoció ayer a los representantes sindicales en la compañía que dimitía por "presiones políticas" del Gobierno que le nombró en junio de 1996. Su sustituto, elegido por unaminidad tras una reunión que apenas duró una hora y media, tratará ahora de superar la profunda crisis abierta como consecuencia del enfrentamiento de Villalonga con el Gobierno y sus accionistas de referencia (BBVA y La Caixa) y devolver la normalidad a la compañía.Villalonga recibió a los representantes de UGT y CCOO en su despacho de la Gran Vía madrileña, donde estuvo recluido durante toda la mañana. "Se siente enormente presionado por el Gobierno y ante la imposibilidad de sacar adelante determinados proyectos, al verse vetado continuamente, ha decidido dimitir", aseguró Alejandro de Llano, secretario de Comunicaciones de UGT, al relatar lo que les había comunicado Villalonga. "Sin el apoyo del consejo es muy difícil seguir", aseguró Jesús Vesperinas, de CC OO. Según el relato de los sindicalistas, Villalonga, muy desanimado, reconoció que su marcha es la mejor alternativa para que Telefónica siga creciendo.

Sus relaciones con el Gobierno estallaron con el escándalo de las opciones sobre acciones (stock options) en la compañía -por valor de 72.000 millones de pesetas- en octubre pasado y llegaron a un punto de no retorno cuando el Ejecutivo se opuso a la fusión con la holandesa KPN en mayo. Después, en junio, la Comisión de Valores, le abrió una investigación.

Su marcha tiene otras razones desde la perspectiva bancaria. Fuentes cercanas al BBVA señalaron que el banco, con un 9,1% de Telefónica y una alianza estratégica para desarrollar negocios de la nueva economía, remarcaron el distanciamiento con Vilallonga desde hace meses. Esas fuentes manifestaron que habían aceptado la dimisión de Villalonga por "desacuerdos estratégicos y en la gestión entre Villalonga y su consejo durante los últimos meses". Fuentes de La Caixa, el otro miembro del núcleo estable, explicaron que la dimisión "es una cuestión personal que ha sido aceptada por nosotros".

Larga jornada

Villalonga, que empezó ayer muy pronto la jornada para despedirse de sus más próximos y despachar con la comisión delegada, había telefoneado a los sindicatos a última hora del martes. La entrevista comenzó a las dos y cuarto y terminó a las tres. Asistieron Manuel García-Durán, mano derecha de Villalonga en las últimas semanas, y Óscar Maravert, director general de Recursos Humanos. Tras el encuentro, Villalonga se reunió con los responsables de las filiales en la comisión ejecutiva para preparar el traspaso de poderes.El consejo de administración se inició pasadas las cinco y duró menos de hora y media. Villalonga no dejó pasar ni un minuto después de que los otros 20 consejeros se sentaran para presentar su dimisión, rápidamente aceptada, y proponer él mismo a su sustituto. Una buena parte del consejo se dedicó a redactar la nota que difundiría la empresa. "Ha llegado el momento del cambio en la presidencia de Telefónica. Estoy encantado de que César Alierta, un ejecutivo de larga experiencia y mucho éxito, haya aceptado ser presidente de esta gran compañía", afirma Villalonga en la nota. "Es más, tengo la confianza de que Telefónica seguirá desarrollando su estrategia empresarial, que la compañía seguirá creciendo, y que logrará su objetivo primordial de crear valor para el accionista. Le deseo a César el mejor de los éxitos", concluye.

A continuación se votó la designación de Alierta, consejero de Telefónica desde 1997, y el nuevo primer ejecutivo tomó la palabra. "Es una gran oportunidad y un importante reto", afirmó Alierta tras agradecer la confianza puesta en él. El consejo escuchó decir al nuevo presidente que seguirá "creando valor para el accionista", aunque se detenga más que su predecesor en el día a día. Tras expresar su reconocimiento a Villalonga por su "extraordinario éxito en la creación de valor", los consejeros consensuaron la nota que enviarían a la prensa, a la CNMV y a la autoridad bursátil de EE UU y disolvieron la reunión, no sin antes garantizar que se llevarán a cabo "todas las operaciones estratégicas pendientes". Alierta, según fuentes próximas al BBVA, es "la persona más adecuada para dirigir la compañía y llevar a cabo el desarrollo de Telefónica en el nuevo entorno internacional". Para La Caixa, "es una solución correcta".

Aunque Alierta haya subrayado que quiere respetar al equipo directivo, una de sus primeras tareas será el nombramiento de un consejero delegado (o varios). El principal candidato es Luis Lada, responsable de móviles. El nuevo presidente se reunirá hoy con la comisión ejecutiva. La nota del cambio fue enviada a las bolsas a las siete y media de la tarde (hora española). La sustitución la adelantó ayer la prensa, pero la cotización no se suspendió. La operadora, que llegó a revalorizarse un 3%, ganó un 0,81% en Madrid y un 2,87% en Nueva York. Terra, que superó el 5%, se anotó el 0,53% y TPI, otro 3,48%. El grupo vale 18,4 billones de pesetas y Telefónica, 15,8 billones.