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El Gobierno francés niega su apoyo a la reforma del seguro de paro

El Gobierno francés, a través de sus ministros de Empleo, Martine Aubry, y de Finanzas, Laurent Fabius, se ha negado a dar el visto bueno al Plan de Ayuda para Retorno al Empleo (PARE), firmado por la patronal y dos sindicatos. Tras ese rechazo a la reforma del seguro de paro, las tres organizaciones han anunciado que abandonan el Unedic, el organismo paritario que gestiona las prestaciones sociales.

Responsabilidad estatal

La patronal Medef había llegado el pasado junio a un acuerdo con dos sindicatos -CFDT, de mayoría socialista, y el cristiano CFTC- para sustituir las normas que regulaban la concesión de subsidios de paro. Otros dos sindicatos -CGT, de tradición comunista, y FO, que engloba sensibilidades que van del trotskismo al gaullismo- habían denunciado el plan propuesto por la patronal. Un programa cuya gran novedad consiste en convertir las oficinas de desempleo en oficinas de colocación a base de que todo trabajador en paro firmaba un contrato por el que se comprometía a aceptar la propuesta laboral que el organismo de empleo pudiese hacerle. Las negativas repetidas -un máximo de tres- dejaban al trabajador sin subsidio ni derechos.

El PARE, de neta inspiración del Gobierno de Blair, ofrecía contrapartidas a los trabajadores. La más interesante era que los subsidios no se reducían con el paso de los meses.

El Gobierno reprocha a los firmantes del PARE que hayan acordado también unilateralmente reducciones de las cotizaciones (patronales, sobre todo), decidiendo que los fondos gestionados por la Unedic -organismo paritario que administra el dinero de dichas cotizaciones- provendrán del ahorro que nace de la expulsión de los falsos parados de las listas de desempleo.

Los ministros hacen constar que si las sanciones son "normales" cuando castigan a parados que "no hacen un esfuerzo real" por encontrar trabajo, ese poder de aplicarlas debe permanecer "bajo la responsabilidad del Estado". Y recuerdan también que en 1993 el Estado tuvo que aportarle 30.000 millones de francos (750.000 millones de pesetas) a la Unedic para evitar su quiebra. La negativa gubernamental tiene graves consecuencias. La patronal Medef y los sindicatos CFDT y CFTC han anunciado que abandonan la Unedic, que se convierte así en un cascarón vacío, y ponen en crisis el sistema que ha gestionado los fondos sociales desde después de la Segunda Guerra Mundial.

Para CFDT, el riesgo de aislamiento y de dejar de nuevo la iniciativa bajo control de los envejecidos sindicatos reivindicativos CGT y FO es muy importante. Para el presidente de la República, Jacques Chirac, partidario declarado del PARE, supone un enfrentamiento directo con el Ejecutivo. Éste, por su parte, ha empezado a ser acusado de estatalista, ordenancista y de aparecer siempre asociado a quienes defienden posiciones más conservadoras.

En la práctica, y de no producirse una marcha atrás que ahora parece improbable, el Gobierno va a verse forzado a crear un organismo público que ocupe la función de la Unedic.

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