La nueva dirección del partido exige la desaparición de las familias en las próximas asambleas regionales
Los socialistas valencianos sienten que se han quitado una losa de encima a raíz de los resultados del congreso federal del PSOE celebrado este fin de semana en Madrid. El PSPV considera que podrá celebrar su congreso nacional, convocado para la tercera semana de septiembre, al margen de tutelas y de "amenazas golpistas", en palabras de Joan Ignasi Pla. Pero sólo si consiguen escenificar la integración que exige la nueva dirección federal. El primer mensaje de José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE, una vez aprobada su propuesta de ejecutiva federal con el respaldo de más del 90% de los delegados presentes en el congreso, fue diáfano: "Orden y disciplina".El "baño de modernidad" que la nueva dirección federal pretende imprimir al conjunto del partido pasa por la transparencia y la profundización democrática. Pero José Blanco, nuevo secretario de Organización del PSOE, transmitió una consigna nítida al conjunto de federaciones implicadas en procesos precongresuales, en primer lugar la valenciana: "Se acabaron las etiquetas". La dirección federal pretende que todos los militantes adviertan que los socialistas han "pasado la página de las divisiones y adscripciones".
El congreso del PSPV será la piedra de toque para comprobar si los socialistas valencianos han sido capaces de interiorizar el mensaje. Y es indudable que la nueva dirección federal intervendrá, y mucho, si las distintas familias del PSPV mantienen viva la lucha fratricida en la que se han visto envueltas desde hace años.
Miembros de la delegación valenciana hacían cábalas en los pasillos del Palacio Municipal de Congresos de Madrid durante la larga madrugada de ayer sobre la conveniencia de retrasar la convocatoria del congreso nacional si no se logra llegar a un amplio acuerdo. Ángel Franco, secretario comarcal de L'Alacantí, apostaba decididamente por evitar un cónclave sin haber cerrado previamente acuerdos que garanticen su éxito.
Una segunda lectura del congreso federal que deben asumir los socialistas valencianos es la fuerza del discurso sobre los aparatos de partido, tal como demostró Zapatero en la presentación de su candidatura el sábado por la mañana cuando todo indicaba que José Bono contaba con muchos más apoyos entre los delegados presentes en el congreso.
El secretario general ganó el congreso gracias a la altura de su discurso frente al cicatero intento de Bono de garantizar un apoyo que creía asegurado a través de guiños en clave interna.
El reto de los socialistas valencianos pasa por identificar un dirigente de talante integrador. Pero, sobre todo, de construir un discurso poderoso capaz de ilusionar a la militancia y, más aún, a los potenciales votantes valencianos de una opción progresista.
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