País nacionalista
Estos días se está hablando mucho, y generalmente mal, de los nacionalistas, del fracaso del nacionalismo y de los males que causa, empezando por el presidente del Gobierno y terminando en el Defensor del Pueblo. Pero pretenden hacernos pensar que ellos no son nacionalistas, en este caso nacionalistas españoles.No pongo en duda su derecho a serlo, pero lo que me parece grave es que se lo nieguen a los demás. Son tan nacionalistas que ni ellos mismos se dan cuenta, y no les entra en la cabeza que alguien no piense como ellos.
Desgraciadamente, la consecuencia de ello la pagamos todos. No tenemos un Defensor del Pueblo, sino un, permítaseme la expresión, agresor del pueblo que no piensa como él. Lo mismo ocurre con el director de la Biblioteca Nacional, que está en ese cargo para servir de ariete contra el nacionalismo vasco.
Esta sinrazón nos está llevando a que no tengamos un Ministerio del Interior que garantice nuestra seguridad, sino que cada vez parece más la oficina electoral de Mayor Oreja. Lleva cinco años de campaña electoral, de criminalización del nacionalismo, siempre que ese nacionalismo no sea el de ellos, pero sin solucionar nada.
Señor Mayor Oreja, ya está bien de tirar balones fuera; lo que todos queremos son soluciones, y las queremos ya.-
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