Gesto por la Paz: "Ahora utilizan la violencia para acallar las voces de personas y colectivos"

Agentes de destrucción

Las voces de condena del atentado que ha destrozado por completo la farmacia del escritor Guerra Garrido y su esposa, Maite Espinosa, se multiplicaron ayer. Instituciones y partidos se solidarizaron con el escritor del Foro Ermua y denunciaron que esta violencia es expresión de la intolerancia y se practica de forma sistemática contra quienes son "disidentes ideológicos".La coordinadora Gesto Por la Paz de Euskal Herria hizo público en Bilbao un documento en el que analiza y denuncia un cambio "en la estrategia violenta tanto de ETA como en la kale borroka: Han pasado de buscar la desestabilización a utilizar la violencia con fines persecutorios hacia personas y colectivos para acallar sus voces", violencia que denominan "de persecución", informa Loreto Setién. El manifiesto explica que el acoso va más allá de las víctimas, porque activa un miedo que dificulta las manifestaciones de solidaridad, lo que debe entenderse "como ataques a la libertad y a la democracia".

La presentación de este manifiesto coincidió con el ataque a la farmacia de Raúl Guerra Garrido, miembro del Foro Ermua, en San Sebastián, "un hecho más en la larga lista que queremos denunciar", afirmó Pedro Luis Arias, del grupo de la Coordinadora en la Universidad del País Vasco. Gesto condena que la respuesta política no sea ni "unitaria ni plural", e indica que los partidos políticos deben rectificar su tendencia "a escenificar sus diferencias partidistas en las movilizaciones contra la violencia". El manifiesto pide también que los poderes públicos hagan un esfuerzo para extremar la protección policial.

Por último, hace un llamamiento a la sociedad para que se siga solidarizando con las víctimas, porque eso impide que se las aísle y se sientan vulnerables, "fines que persiguen los violentos, además de la creación de un ambiente de miedo, no sólo alrededor de la víctima, sino también de familiares y vecinos".

Además del testimonio de esta organización pacifista, las instituciones públicas se mostraron solidarias con Guerra Garrido y dedicaron muy duras palabras de condena contra los autores de estas acciones de violencia. El Consejo de Farmacéuticos de Euskadi fue uno de los primeros organismos en condenar el ataque contra su compañero y en recordar que se trata de un atentado que también afecta a los ciudadanos, a los que priva de un servicio sanitario que hasta ahora les prestaba.El diputado general de Guipúzcoa, el peneuvista Román Sudupe, destacó especialmente el hecho de que "quienes utilizan, encubren, justifican o contemporizan con la violencia o la kale borroka, sólo buscan destruir Euskadi. Son todos ellos agentes activos de la destrucción nacional vasca". Sudupe retó a "quienes encubren y callan" estos hechos a que "se quiten la retórica de la careta grandilocuente y justificativa a la que nos tienen acostumbrados".

El alcalde de San Sebastián, el socialista Odón Elorza, invitó a los donostiarras a seguir movilizándose en defensa de la libertad de todos y cada uno de los ciudadanos.

La teniente de alcalde María San Gil, del PP, dijo que resulta "indecente que los fascistas campen a sus anchas por las calles del País Vasco y siembren el terror de la forma que lo hicieron contra la propiedad de un ciudadano al que pretenden coartarle su libertad".