¿Servicio o suplicio?
Como cada 10 años, toca renovar el pasaporte.Dada la mala costumbre que estamos adquiriendo los españoles, cada vez somos más los que salimos al extranjero y, además, como somos unos irresponsables, lo hacemos todos juntos: en el mes de agosto.
¿Qué puede hacer el Ministerio del Interior? Pues poner sólo horario de atención al público por las mañanas y restringir el número de peticiones que se atienden cada día.
Cita previa, extensión del horario u otras "innovaciones" son excesivas, según parece. A levantarse a las seis de la mañana, acudir a la puerta de la comisaría y hacer una cola de hora y media para obtener, si ése es su día de suerte, un "número" que nos abra las puertas de la gloria y podamos realizar la dichosa renovación. ¡Ah!, además, a pagar una tasa de 2.490 pesetas.
La actual gestión de este servicio supone que todos los días un número importante de ciudadanos pierda buena parte de su jornada laboral por la ineficacia e ineptitud para dimensionar y gestionar un servicio público.
Si tiene que renovar el pasaporte o DNI, tome nota: lo mejor es dormir en la puerta de la comisaría. Así se asegura que lo atiendan esa mañana.-
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